98 AHORA REDUX

 

 

cuadros de Ignacio Zuloaga y Juan de Echevarría

 

 

«Más vale un minuto de vida franca y sincera que cien años de hipocresía» (ANGEL GANIVET)

 

En mayo del 98, por aquello de la fecha (ya había hecho en 1984 algo similar con el guiño orwelliano -que fue hilo conductor en cuanto a concepto- del segundo lp de LA MODE), saqué como número final de la saga corazonesca un especial dedicado al noventayochismo español (con ello se cerraba algo que se había iniciado en octubre del 93 con un primer número cuyo texto más sólido era un dossier/tesina sobre la generación de cineastas usacosCoppola, Milius, Schrader, Malick, Scorsese, Cimino...- que yo había bautizado como 98 USA;. dicho dossier, elaborado durante años, continúo considerándolo una de mis mejores aportaciones al campo del ensayo). Sobre el 98 español tenía muchas más lagunas (hasta el 2005 no devoraría en unos meses las OOCC de Pío Baroja –mi favorito hoy junto con Azorín, quien fue mi puerta al 98 en mis inicios bachilleres desde aquellos fragmentos del libro de texto VELA Y ANCLA, y con Ganivet, a quien justo ando releyendo en estos momentos- y todavía me encuentro bastante virgen de Unamuno –tal vez por ese yuyu subconsciente de haber sido tótem intelectual de mi señora madre y por la tremenda impronta que me dejó mi primer encuentro con LA TIA TULA de Miguel Picazo, que me pareció un grand guignol de terror a lo Aldrich-) y aunque, entre mi buena voluntad y la brillantez de Carlos Aguirre, nos salió un testamento corazonesco bastante potente (aunque totalmente fallido en mis expectativas –expresadas en PROXIMO MILENIO, donde Isidro Juan Palacios, hoy perseguido por la farisaica impudicia del PP, me permitió aposentar mensualmente una columna homónima de EL CORAZON DEL BOSQUE que completaba la labor de la revista- de convertir mayo del 98 en una fecha de epifanía revolucionario/conservadora que redimiese de tanta escoria pijiprogre heredada del 68 francés –cuyos posos más inmundos los estamos viviendo en estos últimos años, en este perpetuo estado de arbitrariedad establecido desde el 11M-) con los trabajos de Aguirre sobre Esparta y el Islam, su combativa elegía a propósito de la generación de marras, más mi dossier ENANO, DEMASIADO ENANO dedicado a las diversas tribus del llamado mundillo nacional español (trabajo que me parece profundamente objetivo en su completo desencanto con los hunos y con los hotros –de hecho, nacionales de muy variopinta y enfrentada catadura lo han colgado en la red como material de referencia-) o mis retratos de los nombres del 98 (retratos planteados desde la huella que habían dejado -o no- en mí). Ahora, desde fines del pasado 2010, voy sintiendo que el auténtico 98, el heredero corregido y aumentado (por antiutópico) del original ochocentista lo estamos viviendo en este preciso y sórdido tiempo de estanflación (la literal LINEA DE SOMBRA que retrató Conrad): el momento en que sin metáforas, sin conmemoraciones que fuercen el sentido de la cronología, desde la vivencia más descarnada e hiperrealista, Bradbury, Orwell o Huxley se funden con Baroja, Ganivet, Azorín, Valle o Unamuno (por no mentar a ese epígono catalán del 98 que fue Josep Pla y que dejó como testamento regeneracionista su apuesta por Tarradellas frente a Pujol en la Transición -viendo el secesionismo cleptócrata que hoy ahoga a la región otrora más dinámica de España, esa apuesta por Tarradellas, traicionado hasta por Aznar en el 96, hoy es más pertinente que nunca-).   

 

 

«Mi equipaje unamuniano: cierto capítulo de la obra de Vintila Horia «Viaje a los centros de la Tierra», algunos trabajos de Ortega, correspondencia (con Ganivet, con Machado, con Azorín..), sus comentarios sobre el Carlismo, datos biográficos sobre sus últimos días y el visionado de algunas adaptaciones al cine de obras suyas («Niebla», «Nada menos que todo un hombre», «Abel Sánchez»). La fiel colección Austral me espera: sé que debo empezar, por razones personales e intransferibles, por un título determinado («Vida de Don Quijote y Sancho») y continuar con otro, también muy concreto («Del sentimiento trágico de la vida»). Sospecho que, durante la lectura, el Rector y yo nos hemos de cascar pero, a diferencia de mis desencuentros con Machado, la lid será sin acritú(fragmento de LA GENERACION DE 1898: IMPRESIONES SUBJETIVAS publicado en el último nº de EL CORAZON DEL BOSQUE)

Hay que sentir el pensamiento y pensar el sentimiento.

 

 

Baroja, leído de pe a pa hará poco más de un lustro, se me hace mío como una versión desdeñosa, gatuna, de mi admirado Louis Ferdinand Céline. Fobias comunes, esperanzas comunes, extrañamientos comunes, tremendismos comunes. Y esa prosa cotidiana, compulsivamente elaborada en el francés y mucho más indolente en el vasco. Mi momento más fascinante de la obra de don Pío: ese episodio en que su ancestro Aviraneta logra el Poder en un pueblo castellano y trata de ejercerlo con férrea mano jacobina. Es la versión barojiana de aquel deseo de Antonio Machado frente al hombre de acción Enrique Líster, SI MI PLUMA VALIERA TU PISTOLA…

La revolución es buena para los histriones. Sirven todos los gritos, todas las necedades tienen valor, todos los pedantes alcanzan un pedestal.

 

 

«Azorín, con sus primores de lo vulgar y sus pequeñas filosofías (precursoras tanto del «nouveau roman» como de las obsesiones minimalistas), sin olvidar los ejercicios de «nuevo periodismo» anticipados en libros como «Los pueblos» o «La ruta de Don Quijote», y, naturalmente, su dolor patético (casi zen en su nihilismo) por Castilla y por España, dolor destilado, volumen a volumen, por su obra toda, ha sido una constante en mí desde aquella primera lectura infantil de fragmentos de «Confesiones de un pequeño filósofo» en el libro de texto «Vela y ancla» (de Ed. Doncel). Desde entonces, he ido, con constancia de adicto, buscando en puestos de baratillo esos volúmenes breves (muchos de ellos en Austral) hasta hacer acopio de casi tres cuartos de su ingente bibliografía, a lo que añadir algunos trabajos sobre el maestro (el voluminoso «Azorín íntegro» de Riopérez y Milá, el ensayo «Azorín el pequeño filósofo» de Anna Krause y el interesante monográfico que el dominical de «ABC» sacó en junio del 73, además de las reflexiones de Ortega). La huella impremeditada de Azorín (ya casi impronta -usando el lenguaje de Lorenz-) puede detectarse en algunos de mis escritos (especialmente explícita, en la novela «Fe Jones» -sobre todo para quien haya leído la novela azoriniana «María Fontán»- y en determinadas colaboraciones para «ABC» -amén de en la canción «El futuro», directamente inspirada en los apuntes de balnearios recogidos en «Los pueblos»-, pero en los últimos años, de un modo más soterrado, hay páginas mías en donde el buen azorinauta puede llegar a detectar la vieja melodía).» (fragmento de LA GENERACION DE 1898: IMPRESIONES SUBJETIVAS publicado en el último nº de EL CORAZON DEL BOSQUE)

La elegancia es fuerza contenida.

 

 

 

«Sobre Valle (aparte de una aproximación escolar a través de la revista «LA TIJERA LITERARIA»), mis datos hasta el momento son, si no olvido algún otro, la fervorosa biografía de su tocayo Gómez de la Serna, un ensayo de María Teresa de Borbón Parma sobre su relación con el Carlismo, unas impresiones de Machado y algunas adaptaciones al cine de obras suyas («Sonatas», «Luces de bohemia», «Divinas palabras» -¿cabría añadir, como adaptaciones oblicuas, ciertos trabajos de Gonzalo Suárez de ambiente umbrío y desmesurado, caso de «La loba y la paloma», «Parranda» o «Beatriz»?-). En general, el perfil de Don Ramón se me antoja bastante atractivo y presumo que acabaré en breve (libando de sus títulos diseminados en la colección Austral) por sumergirme en el mundo creativo de este «extravagante ciudadano» (con quien me parangonó Moncho Alpuente hace más de una década -ignoro por ahora si con fundamento- en cierto artículo de «EL PAIS»).»  (fragmento de LA GENERACION DE 1898: IMPRESIONES SUBJETIVAS publicado en el último nº de EL CORAZON DEL BOSQUE)

Quien sabe del pasado sabe del porvenir.

 

 

 

«Mayo 98: pensado como símbolo insurgente en el que se unan el casticismo crítico del primer 98 y la explosión de tradición y vanguardia del mayo 68.

Ruptura del simulacro, repudiando una de las herencias más nefastas que alumbró el 68 (y muy especialmente mimada por el sesentayochismo más burgués -Francia y Holanda-). Asunción real de los conflictos hasta su paroxismo: guerra santa de liberación (guerra cultural, económica, social, convencional si no hay otro remedio). Todos somos argelinos, iraníes, chechenos: sólo así volveremos a ser europeos. Occidente (en su actual acepción de Mundo Libre, Nuevo Orden Mundial, Fin de la Historia) es el Mal: todos somos colonizados. Tan nocivos son los valores de represión espartana utilizados por Videla bajo la batuta de Kissinger como los valores de seducción sodomita manejados por Pannella a mayor gloria de Berlusconi. No al chantaje moral: no somos buenos. Todo revolucionario es un enemigo del pueblo según el lenguaje demagógico del Gran Hermano (Ibsen escribió, sin saberlo, una parábola antiutópica). Somos disidentes, somos unos hijos de puta, según la cultura de masas: somos los villanos de las películas de Golan & Globus, heredamos la oscuridad luciferina del mutante Magneto.

Pero, atención: nuestra dureza debe estar matizada por la seriedad y el rigor del combate. Ni hooligans ni druggos. Asumiendo la realidad como conflicto que resolver con el menor derroche de energía pero teniendo siempre presente a nuestra novia la muerte. Inteligencia y heroísmo. Barbarie de dioses paganos y astucia de diablos transgresores. Nunca gamberrada de skinheads. No más juegos de rol. Un enano violento amigo de jugar con signos que apenas si entiende es tan parte del Sistema como el más impenitente trilateralista (autocita -fragmento de MAYO 98: HACIA UNA CULTURA DE LA INSURRECCION publicado originalmente en PROXIMO MILENIO y recopilado en la antología EL CORAZON DE LA REVUELTA: HACIA UNA PEDAGOGIA DE LA INSURRECCION que acompañaba como cuadernillo al último número de EL CORAZON DEL BOSQUE-)

 

«Falta un lustro para el 98. Para conmemorar el centenario. Y para vivir uno nuevo. No sabemos si el mismo de entonces (sólo que -como ironizaba Marx- remedado en tono de farsa). Quizá sea interesante que nos vayamos preparando. Que reamueblemos nuestra cabeza, nuestro espíritu, nuestra voluntad, abandonando los restos de entropía banal, de lightcismo postmoderno. Que incidamos en la vena trágica, trascendente, oculta tras la anécdota de esa misma postmodernidad reabriendo las páginas de la angustia europea que, bajo la falsa superficie de una belle epoque, dio carácter a aquel abrir y cerrar de siglos.

En Norteamérica ya se vive desde hace más de dos décadas este sentimiento gracias a una promoción de guionistas y directores cinematográficos hijos de la tv, de los autocines, de la velocidad: iniciados en el aprendizaje de su Arte por el prolífico y mórbido serie b Roger Corman y por la narrativa comprimida de la pequeña pantalla, se curtieron históricamente con los asesinatos de los hermanos Kennedy, de Malcolm X y Martin Luther King, con Vietnam, con los choques raciales del segregacionismo sureño y del black power, con la toma de conciencia de nuevas comunidades étnicas presuntamente integradas en el melting pot, con el final de la contestación psicodélica que supuso el proceso a la familia Manson y el suicidio de Jim Morrison, con Watergate...

Tras la generación crítica surgida en la transición 50/60 (Lumet, Ritt, Rosenberg, Pollack, Penn, Pakula...), heredera directa de los cineastas marginados por la caza de brujas, la nueva promoción se halla más interesada en el estudio de la Voluntad y de la dimensión existencial del ser humano que en denuncias cívicas concretas. Si se aprovecharon los 60 y primeros 70 para pasar factura al macarthismo y llamar la atención sobre los conflictos raciales, el peligro de la carrera de armamentos, los magnicidios o la corrupción política, los nombres que debutan ahondarán de manera más introspectiva y filosófica en el trauma de una guerra perdida ante un enemigo teóricamente inferior, en la degradación social, en el descrédito moral de Estados Unidos como cabeza de un supuesto Mundo Libre, en una sensación de decadencia, de falta de rumbo, que recuerda no poco a la que abrumó a tantas mentes inquietas en el último tránsito de siglo.

La España confundida del anterior 98 incubaba en su estupor toda una explosión de intensas reflexiones: conflictos religiosos, utopías redentoras, visiones de esperpento, afirmaciones patrióticas, nostalgias de un pasado de epopeya, deseos de grandeza frente a una realidad chata y mendaz... La Norteamérica que cambiaba su piel de esperanzas por otra de fracasos al doblar la esquina de los 70 producía en unos cuantos espíritus jóvenes e inconformistas, inasequibles a toda esclerosis dogmática, a todo progresismo convencional, un montón de cuestiones que exponer en páginas de guiones destinadas, una vez convertidas en sonido y furia de imágenes, a ser compartidas por millones de espectadores en todo el mundo. Las utopías y nuevas fronteras de los 60, consumada la derrota en Vietnam, darían lugar a un regreso al fundamentalismo capitalista de los 20 y al embrutecimiento de nuevas generaciones carentes de todo impulso idealista. Solamente la promoción noventayochista de cineastas, con sus trayectorias plenas de riesgo y de búsqueda, con sus éxitos arrolladores y sus no menos espectaculares fracasos, romperían la regla de la hipermercantilización de toda actividad creativa y recuperarían la idea de el trabajo como autorrealización de la época hippie: claro que, ahora, la producción independiente no consistía en fanzines, alfarería, murales psicodélicos o rock ácido sino en Arte Total (palabras, imágenes, música: todo aquello que Nietzsche reprochó a Wagner no ensamblar de manera convincente) movilizador de muchísimos colaboradores y enormes presupuestos (en más de una ocasión no recuperados tras el estreno). Como bien intuyeron los hermanos Taviani en su film sobre el Hollywood babilónico de Griffith, el titanismo artístico de la Europa de las catedrales se traduce en Norteamérica por las superproducciones cinematográficas. Siempre y cuando, naturalmente, los dioses (y no la avidez de dólares) inspiren la empresa. Dioses como la promoción de creadores que aquí nos ocupa: Coppola, Scorsese, Cimino, Malick, Milius, Schrader...» (autocita –fragmento de «EL 98 USA: DE CINE» publicado en el nº 1 de EL CORAZON DEL BOSQUE-)

 

«Reivindicar la Generación del 98 pudiera parecer a estas alturas algo intempestivo, algo más bien extemporáneo si esa reivindicación quiere no quedarse en un mero juego floral o en la usual mercantilización que la sociedad actual realiza de los noventayochistas. Todo ello no hace sino dejar de lado los espíritus que ardiendo posibilitaron esa tremenda explosión de creatividad, esa variedad de caracteres geniales e indomables que marcan un hito en la memoria colectiva. Todo cliché queda barrido estudiando la tremenda radicalidad de los noventayochistas, todo apriorismo, toda leyenda, todo intento de apropiación, toda mercantilización de los mismos. En realidad, los del 98 encajarían muy mal con esa España actual que, para legitimarse, intenta reivindicarlos. Ya mucho les costaba encajar en su época, imagínense ahora... Almas ardiendo en una época de dolor y colapso, de certeza de decadencia y de fracaso. Cuba no es más que una excusa. Su ánimo destapa un fracaso de raíces más profundas. Dos centurias de modernidad y progreso habían barrido la Castilla cantada en sus poemas. Decadencia y fracaso que se canta, otro producto que la modernidad nuestra envasa y recicla para legitimarse. El fracaso de la guerra de Cuba parece el fracaso de la nación española, del estado nacional español. Lo cierto es que los noventayochistas no cantan la España/Nación, cantan una Castilla que hace mucho dejó de existir. Cantan una textura humana, una figura, un perfil que ellos encarnaban todavía: un dolor, no el de Cuba, por extrañamiento, por ser casi alienígenas en un mundo cada vez más burgués, más mercantilizado, más hecho a la medida de ese último hombre del que hablara Nietzsche. Su agudo nihilismo, su textura contramoderna, su desconfianza del progreso, del poder moderno, del Estado, del capital y del buen burgués les colocaría transversalmente en contra de una sociedad que, bien lo sabían ellos, les dejaba de lado cada vez más -en realidad, era la historia quien lo hacía, el propio devenir nihilista de ese hombre grosero diseñado para habitar entre las moscas del mercado, que diría Nietzsche-. Recuerdo las palabras del padre de Cara de Plata -en las “COMEDIAS BÁRBARAS” de Valle-Inclán- cuando se entera de que su heredero deja su heredad y se alista al requeté. La sentencia es tremenda pues el viejo aristócrata constata el fin de su estirpe; sin embargo, alaba la decisión de su hijo de desentenderse de su linaje: «en tiempos como los que llegan no serás sino delincuente». No queda otra opción.

Mucho hastío y nihilismo activo, hasta asco, encontramos entre los noventayochistas, y al tiempo mucha sangre y vida, mucha tensión desplegada en una búsqueda que siempre quedará inconclusa. Decepción tras decepción, la modernidad política les dejará de lado o a lo sumo los alabará y usará tras su muerte. Es penosa la trayectoria política de Unamuno, tan penosa como la de un hidalgo en un mundo de gusanos. Es penosa mas al tiempo ilustra su egregia dimensión, su inmensa estatura, intentándolo con muchos, para encontrar al cabo la soledad y la muerte.

Sus vidas son un canto a un mundo que ya no existe y sus respuestas vitales diferentes no son más que resultado de la diferencia de los destinos y caracteres humanos. Un Azorín no se diferencia un ápice de un Valle-Inclán en su íntimo ser, en su carácter al margen de su tiempo. Lo mismo cabe decir de los hermanos Machado en su discreción, en su menor tono vital aparente. Mas ¿dónde queda España en todo esto?, ¿de qué España habla el 98 dicho lo dicho?

Hoy por hoy resulta patético -tras repasar mínimamente el perfil de esa generación, sin parangón en cualquier país europeo, y esto no es afirmación retórica- contemplar a aquellos que juegan con su memoria para sonsacarles alguna rentabilidad política o académica. Politicastros, más bien tirando a fachas repugnantes, levantan el recuerdo del 98, en este su centenario, para legitimar su adhesión inquebrantable a la nación española de diseño borbónico, moderno e ilustrado. Obesos catedráticos legitiman su salario como funcionarios en prolijos juegos florales e interminables análisis literarios... Esta España sólo merecería su desdén y, precisamente en la medida en que los invoca convertidos en productos de mercadotecnia, más quizá un desdén cainita, agrio y seco, conscientes los noventayochistas de la necesidad de catarsis aun dolorosa. Su lucidez es dura, distante, su torsión contramoderna, decía, no tiene parangón en país europeo alguno. Las viejas raíces encuentran su epílogo triunfal, una lucidez de campo abierto, agreste, muy consciente de lo que la modernidad supone -y en época muy temprana-. De sus rostros no podría sino emerger una gran risotada al escuchar todo eso de la postmodernidad envasada como un nuevo artículo de consumo cultural para esta Europa decadente. La Iberia sumergida de la que hablara Celaya, ese tipo humano sobre el que se han fundado culturas y civilizaciones, no puede servir de coartada a esta España que se olvidó de sí para diluirse en el gran mercado donde ya no queda sino el hombre burgués y los flujos de capital. Esta España y cualquier Estado imaginable no es sino un instrumento de gestión del capital y, por ende, del nihilismo. Estúpido sería proyectar sobre algo tan podrido algo tan egregio como lo que los noventayochistas añoraban.»

(JOSE CARLOS AGUIRRE –fragmento de «LOS DEL 98» publicado en el nº 18/19 de EL CORAZON DEL BOSQUE)

 

 

Si Ganivet y Unamuno debatieron sobre EL PORVENIR DE ESPAÑA en un periódico granadino, yo completo esta entrada con impresiones y desahogos colgados en Internet a propósito de la actualidad que nos va deparando este noventayochista 2011 y que, más que PORVENIR, atañe al NO FUTURE. La sensación de completo outsider, tan propia de los dos pensadores mentados, por no encajar en ninguna anteojera ni participar de ninguna marcheta coreográfico/demagógica me hace ver el momento con una mezcla de hastío y fastidio, sólo fiado en la catarsis/cataclismo del DIA DESPUES:

 

http://vinamarina.blogspot.com/2011/04/contrapropaganda-abstencionista.html

 

http://vinamarina.blogspot.com/2011/05/memoria-senil-en-campana.html

 

http://vinamarina.blogspot.com/2011/05/pobre-nicolasa.html   [incluía también este otro comentario mío, que cierto crack del servidor Blogger borró y que tuve la precaución de guardar en el disco duro:  Creo más prioritario el poner toda la energía en un reencuentro con Portugal (potenciando los solapamientos que nos unen -Galicia, Extremadura, Huelva...- y tratando de vencer la desconfianza de nuestros vecinos hacia lo que consideran prepotencia nuestra -creo que no les falta razón-) y con el País Vasco (Navarra ya podemos considerarla parte de ello, habida cuenta de la volte face de la UPN de Miguel Sanz y de que un PP navarrista en plan numantino es inconcebible viendo la actual línea del PP vasco de Oyarzábal y Basagoiti) procurando recordar lo que les une a Castilla en términos de empatía y de vínculos históricos (cuando los vascos estaban en vanguardia dentro del concierto de las Españas como motor y no como sabotaje) y teniendo la mano abierta cuando el subidón independentista se consume y, pasando de reivindicativo a institucional, comience a remitir.

En el País Vasco puede haber barbarie y cerrazón alimentada por errores propios y del contrario, pero lo de Cataluña, Valencia y Baleares es mucho más hostil e inmoral. Es puro vampirismo y cleptocracia. Si hoy por hoy Cataluña consuma su separación, no derramaré una lágrima por ello (en esto me adhiero a César Vidal, que va en esa línea). Sí considero triste la ruptura inminente del País Vasco y la separación secular de Portugal y ahí apoyaré toda iniciativa que procure el reencuentro y la libre adhesión frente a estériles apelaciones tartarinescas a soluciones de fuerza que, aparte de ser responsables en parte de lo que hoy pasa (ETA nace del PNV pero también del franquismo -como efecto boomerang mimetizado por la crisis de Argelia-), no van a volver más allá del exabrupto y el desahogo verbal.]

 

http://tenacarlos.wordpress.com/2011/05/16/cientos-de-miles-de-ciudadanos-reclamaron-democracia/

 

 

 

 

algunas entradas en blogs que pueden resultar complementarias:

 

http://luminar21.blogspot.com/2011/05/en-el-principio-fue-perogrullo.html

 

http://luminar21.blogspot.com/2011/04/funny-games.html

 

http://luminar21.blogspot.com/2011/03/un-hombre-honrado.html

 

http://luminar21.blogspot.com/2011/03/japon-desde-el-respeto-esto-es-desde-el.html

 

http://luminar21.blogspot.com/2011/03/la-mano-que-mece-la-tumba.html

 

http://luminar21.blogspot.com/2011/02/el-juego-de-los-espejos.html

 

 

 

OTROSI de intervenciones en FACEBOOK y en otros blogs (se obvian las ya incluidas en alguno de los comentarios y entradas de más arriba):

 

Es triste que, en un país sesgado como éste (cuando más que nunca es necesaria una nueva "pinza" que aúne disconformidades y establezca prioridades de lucha), haya que acudir a diversas versiones complementarias a su pesar para mejor evitar la domesticación y la alienación de las "historias oficiales" y del YO TE COMPRENDO (dicho en tono de encantador de perros por el Big Brother de turno).

 

Sentencia muy oportuna en estos momentos llenos de ríos revueltos y pescadores con vocación gananciosa.  [comentario sobre este refrán recordado por Reimon Albert:  "A toda razón se opone siempre una razón de igual valor"]

 

El error capital de los españolistas vascos ha sido jugar más a Madres de Plaza de Mayo que a lo que en realidad les corresponde, unionistas del Ulster o sionistas. En este país cruel y cínico el victimismo (más allá del gesto neroniano del poderoso amigo de practicar el chantaje moral para medrar -mafias rosas, feminazis, garzones, liberados sindicales, etc-) no va muy lejos.

 

En aquellos años cuando el pueblo se indignaba, se indignaba de verdad [alusión a esta entrada del corsario Zarafín]. Sigo esperando que aquel sueño que tuve no mucho después de que me repelasen mis dineros de AFINSA alguna vez se haga realidad. No performance, no exhibicionismo, no goliardismo, no ludismo: REALIDAD DEMOCRATICA YA!!!! (creo que sería el slogan perfecto y no a la inversa)

 

Estoy acabando de releer el marañoniano RAIZ Y DECORO DE ESPAÑA y parece de ahora mismo: como si lo hubiese escrito con un ojo en la "acampada" y otro viendo en la tele a los del PSOE "sacando la basura". [comentario en el blog de Magdalena Merlos]

 



CODA sin fe y sin respeto

 

Realidades estancas como canales privados de televisión: diálogos para sordos vendiendo cada cual su abominable Biblia de plástico. ¿Por qué nadie habla en este país con la honestidad sin tapujos con que este hombre hablaba del suyo? ¿Hay rabia y desesperación y días de furia y auténtica pulsión de lidia o todo es mero juego de rol, deporte de riesgo pero afeitado de cuerna, travesura narcisista, aniñado crepitar en la red social? ¿Por qué no he visto a Saint-Just en ninguno de esos rostros y, por tanto, no he sido seducido por el Absoluto? ¿Por qué la revolución es populista y no espartana, performance lúdica (esto es, potencialmente corrupta) y no incorruptible teatro de la crueldad? ¿Por qué Simone Weil en su sed de justicia crucificada y el Drieu terminal que vio en Stalin al superhombre anunciado por Nietzsche siguen teniendo más razón que todo este clamor biodegradable hecho de spots y videoclips? ¿Por qué, por muy buena voluntad que intente demostrar, me provoca un bolo de negempatía tanta arbitrariedad, tanta ramplonería agit/prop y tanta frivolidad disfrazada de inconformismo (analfabeta no ya histórica o intelectual sino también existencial, incapaz de comprender la vida como algo que rebase los límites de un spot de tv o de una tontería colgada en el YOU TUBE, inepta para escapar del parque temático, carne aloi lista para ser abusada por los morloks en su enfermiza pseudoinocencia de civilización terminal)? ¿Por qué sigo echando de menos un paisaje de Ballard hecho de vacíos, futuro salvaje en que el riesgo no será pose sino necesidad y la irrelevancia carecerá completamente de sentido? ¿Por qué los Poderes no se cagan encima de miedo ante quienes protestan, como ocurría en otras épocas? ¿Por qué rezo cada noche al poeta Cirlot clamando en silencio por un Medievo que nos redima de tanta abyección? ¿Por qué nadie quiere darse cuenta que DESDE EL 11M TODO ES 98?   

 

 

y, pese a todo y dentro de lo que cabe,

intento desesperadamente no desesperar…

 

y, lo dicho, pensar en el DIA DESPUES

http://luminar21.blogspot.com/2011/05/espana-ha-terminado.html

http://luminar21.blogspot.com/2011/06/mis-reyes.html

http://luminar21.blogspot.com/2011/06/donostia-la-nueva-terminal.html

 

 

 

 

EL UNICO KARMA QUE PUEDO RESPETAR Y RESPETO:

http://wwwpieldelobo.blogspot.com/2011/06/estoy-con-nadie.html

 

 

 

 

Si a alguien le interesan publicaciones vinculadas

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