Ocurrencias II



(En octubre 2021 la siempre intempestiva Andrea Byblos escrib la aportación "Ocurrencias" para Línea de Sombra. Esta es la segunda parte)



imagen de Edward Hopper



Antes de que caiga la noche, es decir, los apagones que nos esperan, me gustaría contar una ocurrencia muy ocurrente que tuvo lugar en los años 60, albores de la modernez. Nikita Jrushchov, que había visitado Estados Unidos en 1959, tuvo la ocurrencia de plantar maíz en toda la URSS sustituyendo al trigo como una revolución dorada de mazorcas turgentes.



Ocurrió que hubo muy mala cosecha por el clima poco adecuado para ese cultivo (parece que no escuchó ni a los agricultores ni a los agrónomos). Y trigo no habían plantado. Se formaron colas para comprar pan, pero la gente no quería el pan de maíz. Hubo desabastecimiento general y al final, el trigo se lo tuvieron que comprar comprar a Estados Unidos para que la gente comiera.



Lo que estamos viviendo ahora es lo mismo, una era de ocurrencias sin fin en la que la gente que sabe algo es sustituida por charlatanes a los que ni siquiera nadie ha votado, Y estos charlatanes tienen ideas felices que son aplaudidas por una corte de pelotas que desean ascender a charlatán mayor.



Así pues, se han tomado decisiones sobre energía estos años pasados que nada tienen que ver con la realidad de lo que la tecnología es capaz de aportar. Todo quedaba muy bonito, las renovables, los coches eléctricos, pero los ingenieros no parecen muy convencidos de que esas ideas funcionen, ya que ellos, que hacen ciencias aplicadas a la realidad, no se basan en teorías chupis, sino en lo que funciona y lo que no.



Como colofón a esta maravillosa época tan ocurrente, apareció Greta, una niña todavía, y además con problemas y enfermedades a la que, por ética, no se podía criticar, a darnos lecciones desde su pedestal de no conocimiento, no estudios y no experiencia profesional ni en la vida. Se convirtió en el gurú al que seguir.



Las ocurrencias han seguido ahora en la guerra. Parece que quedarnos con una gran escasez de gas y embargar el petróleo ruso no nos van a afectar más que en tener que ponernos un jersey. Así lo ha dicho hace poco el Presidente del Bundestag, Wolfang Schäuble, que instó a los alemanes a no protestar por el frío y los apagones: "No se tomen esto trágicamente. Si te pones un jersey viejo todo estará bien. La electricidad es, por supuesto, muy importante, pero a veces puede no serlo. Así que siempre debes tener algunas velas, fósforos y una linterna en casa, y por supuesto es importante saber dónde están si, de repente, oscurece drásticamente".



También, una tal Dolors Montserrat eurodiputada acostumbrada a medrar y a no pasar necesidades, dijo que este invierno nos vamos a calentar con los “valores europeos”, que no sé bien que puede ser eso, porque en este conflicto se ha visto que la ética que se nos supone por ser tan europeos es variable según quien sea la supuesta víctima. Es posible que los valores europeos, entonces, sean dar saltitos con un jersey, mientras gritas “¡Jódete Putin!”.



Estas y otras muchas ocurrencias componen la época tan absurda que nos ha tocado vivir ahora y, sería de mucha risa, sino fuera porque no hay forma de oponerse. Todos los días cambian de dirección y de opinión, pero curiosamente, siempre toman una dirección que va directa al precipicio. Está claro que para contentar al amo yankee.



Y es igual que con Jrushchov, que no había forma de oponerse a sus risotadas y sus ideas de payaso cruel. Tuvieron que pasar hambre los soviéticos para que, al final el PCUS tuviera que apartarlo del poder. Y parece que vamos a los extremos otra vez, que sólo darán marcha atrás cuando se llegue a una situación gravísima, cuando se tomen las calles por gente saqueando, la industria colapse, no haya calefacción ni luz y haya escasez en los supermercados.



Y es curioso que, con tanta educación y tanta civilización en la Vieja Europa tan llena de valores, hayamos llegado a este punto de ser gobernados por un atajo de imbéciles vendidos.



Hubo tiempos de políticos que, en lugar de llevar a la gente al precipicio, luchaban por mejorar la vida y lograr sociedades mejores.



En la India, por ejemplo, quien creó su constitución, fue Bhimrao Ramji Ambedkar, un hombre de la casta intocable, que sí luchó de verdad por los derechos de los ciudadanos más míseros (él mismo sufrió una terrible discriminación por su casta). Y este hombre, en los años 40 del pasado siglo, ya sabía mucho, sabía lo que hacía. Se había formado en USA y Reino Unido, era muy culto y preparado (nada que ver con el atajo de inútiles que hablan sin saber de ahora). No es que solucionara los problemas de la India, que son muchos, pero las reformas que hizo en aquellos años fueron revolucionarias, un gran hito para aquellos tiempos de profundísima injusticia social. Lo pongo de ejemplo porque creo que sí es un verdadero caso de gran político, más allá de leyendas.



Estamos viviendo de las rentas, de que antes se hicieron bien las cosas, de que hubo políticos de altura, formados, capaces, pero llevan ahora mucho tiempo haciéndose mal. Por desgracia para nosotros, que se hagan las cosas mal desde arriba tiene sus consecuencias y no vamos a ser prósperos sólo por nuestros cacareados valores de europeos superiores moralmente, sino porque se tomen decisiones racionales, bien pensadas y no ir dando tumbos, como se ve en el gobierno de Reino Hundido y otros de Europa, donde se hace una cosa, no funciona, cambian un poco sin pensarlo mucho, sigue sin funcionar y van así, a tontas y a locas, siguiendo las ocurrencias del momento.