DECORO VS ESCANDALO
(o cómo trascender de una vez los pendulazos entre libertinaje y puritanismo hacia un horizonte de armonía con voluntad -si es auténtica armonía- de irreversible)
Se continúa lo dicho aquí
Cristo se refería al ESCANDALO sacando a colación ruedas de molino al cuello a guisa de flotador, no canturreando la canción más “queer” de Raphael (o lo que es igual, desde la CONDENA y no desde la complicidad). Con ello quiero plantear que el problema no es la anomalía (en tanto no sea intrínsecamente perversa -esto es, disfuncional-) sino cómo se vive y se conforma, desde el DECORO o desde el ESCANDALO. Asumiendo todo su PATHOS, esto es, su gravedad, gravedad vinculada a lo inusual. No reduciéndola a algo frívolo o metastatizándola como NORMA contra la norma o pretendiendo convertirla en rutina con dinámicas histérico/colectivas de ingeniería social: aquí ya entramos en la perversión de los titiriteros, en ese núcleo sadiano que cierto pensador austríaco consideraba la raíz de la democracia. Condiciones anómalas (la homofilia, el hermafroditismo, la disforia…) o situaciones anómalas (las que no dejarían más salida que el aborto o la eutanasia para talantes no lo bastante extremos en su temple como para asumir la alternativa más difícil) deben aceptarse como parte no mayoritaria pero sí presente de nuestro existir. Las tentaciones procustianas de nostalgia de la Roca Tarpeya o de los campos de exterminio son más disfuncionales aún que aquello que se pretende “enmendar”.
Cuando el CONFORT se antepone al PATHOS automáticamente la realidad va diluyéndose en delirio escapista, en juego de rol, en reality perpetuo (esto es, no sentido lúcidamente como performance sino alucinado como la única vía existencial). Las anomalías se vuelven perversiones cuando pierden su nexo con lo sacro (el PATHOS ya mentado) y se profanan rebajando su carácter de Destino, de impulso cabalmente categórico, a mero capricho, antojo, “tendencia”, apetito anecdótico, y no NECESIDAD. La anomalía como MISTERIO (profundamente respetado en algunas culturas precisamente por su Otredad) se deforma en los mundos ajenos a Lo Sagrado al considerar el DECORO sinónimo de “represión” y reducirlo todo a la destrucción de la privacidad, de la intimidad (el SENDERO DE LO INTIMO, que decía mi buena amiga Esther Peñas) por el OUTING de la manada, por el ESCANDALO vuelto NORMA y la concienzuda negación de la anomalía como algo INOCENTE (sea desde la afirmación libertina sea desde la persecución puritana, ambas caras de la misma moneda infernal).
La constantinización de la ANOMALIA está en sí grávida de su propio pendulazo represor. Solamente abandonando el exhibicionismo y viviendo las ANOMALIAS con la misma contención que paradójicamente se exige cada vez con más rotundidad a las conductas normales, cuando lo que en clave “hetero” se considera acoso e indecencia y en clave “queer” se vende como desparpajo y libertad de expresión, o cuando la gravedad que supone para una mujer el trance del aborto se pretende comparar con la extracción de un quiste, la arbitrariedad de este rasero sólo puede llevar a un boomerang no menos nocivo de persecuciones gratuitas.
Hoy vemos elementos anómalos inmersos en las dinámicas de reseteo (algo que ya venía desde los años 80 con padres fundadores de la Nueva Derecha -ese movimiento sin el cual no se concebiría la 4TP duginiana y al que la propia Daria Dugina dedicaría su obra póstuma THEORY OF EUROPE- como Guillaume Faye -en mi revista corazonesca publiqué una colaboración suya con el sugerente título “HOMOSEXUALIDAD: ¿DEGRADACION DE LA SEXUALIDAD O RENACER DE LOS DIOSES?”- o aún antes en el singular carisma de Yukio Mishima -que podríamos considerar el gemelo dionisíaco, en su manera agonal de moebizar Oriente y Occidente, frente al pragmatismo apolíneo/ateneico de Lee Kuan Yew, ante todo gestor como el japonés fue ante todo artista, aunque ambos con una medular voluntad de regeneración, de rechazo último de los tósigos procedentes de donde se pone el sol -). Son la prueba viviente de que puede trascenderse el zigzagueo libertino/puritano asumiendo cabalmente cómo la REALIDAD no sólo estalla las costuras de cualquier “corrección” sino también de cualquier esquematismo. Ahí la muy anómala vida privada de Alice Weidel, la lideresa del partido más incorrecto de Alemania, partido sin cuya emergencia no es posible reseteo por esos pagos (vida anómala, sí, pero vivida desde el DECORO). O la utilización de Trump (con su magnífico retardo emocional quasi infantil) de los VILLAGE PEOPLE, icono gayer de los primeros 80 con sus performances sarcásticas de grandes símbolos identitarios usacos, que, recuperados por el presidente norteamericano, son desprovistos del sarcasmo (literalizándose, perdiendo su distanciamiento malicioso, como lo harían ante la mirada de un niño o de una persona ingenua que “no entiende” las claves queer) y sus canciones y looks antaño deconstructoras hoy son dadas la vuelta lúdicamente como himnos de REGENERACION y disfrutadas plenamente en los ambientes más rústicos que apoyan la consigna MAGA y al actual inquilino de la Casa Blanca (lo que no convierte a los VP en “traidores” sino en ejemplo de la postura trumpiana de aceptación de la homofilia, que no de la manipulación “escandalosa” de la misma, como testimoniaba -y más como ejemplo que como reproche- el difunto Charlie Kirk en diversos pasajes de su libro THE MAGA DOCTRINE y que contrasta con las imágenes truculentamente fóbicas que se han dado tanto de Kirk como del presidente). Por otra parte, quienes demonizan sesgadamente la legislación rusa contra los escandalosos protocolos LGBTQ+ obvian los claros límites de esta legislación a brutalidades represivas e intromisiones gratuitas en el ámbito privado de la población adulta y responsable (especialmente, si se compara con situaciones mucho más dramáticas en países asiáticos y africanos, o en escenarios disfuncionalmente autoritarios en el Occidente suburbial hoy representado por tantos regímenes no consensuados en Latinoamérica y Europa del Este, en los cuales estos asuntos son tratados de manera mucho más torpe y caótica -seguramente Ucrania, como en tantas otras cuestiones, se lleva la palma oscilando entre los deseos miméticamente lacayunos de complacer los caprichos lobbystas del “amo políticamente correcto” y sus instintos básicos predadores de nostalgias “abanderadas”). El reseteo es un proceso en buena medida constituyente y aún hay mucho por avanzar en cuanto a qué supone aceptación cabal de anomalías y no chantaje moral pro perversiones institucionalizadas. Pero, como dijo alguien que hoy seguramente sería considerado “homófobo” (ya no digamos “transfóbico”) por su aversión a los excesos “babilónicos” que conlleva la degradación sociocultural, SE HACE CAMINO AL ANDAR.
Imágenes: variaciones sobre cuadros de Tamara de Lempicka