Fascinación por el excremento

 

 

nueva entrega de nuestra escatóloga de cabecera,

la eminente doctora Laura Naranjo

(licenciada por la Universidad de Kakania

y cuyo viaje de prácticas por los ñordos noruegos

bajo la tutoría de Andrew Zimmern

dio pie a su famosa tesis sobre

cómo preparar de mil maneras

los surströmming o arenques putrefactos)

 

 

“Una repugnancia abstracta de uno mismo”. Hegel

 

El ser humano siempre ha tenido consciencia de su propia mierda, aunque casi nunca lo reconozca.

 

Siglos antes de nuestra era ya el ser humano se preocupaba de alejar los excrementos de los centros donde se realizaba la vida. Las casas aristocráticas egipcias, los baños romanos… En todas las culturas se han encontrado formas de alejar los restos orgánicos propios de la especie. La Cloaca Máxima de Roma (comenzó a construirse antes del 600 A.C.) es un gran ejemplo para la Humanidad.

 

He encontrado en el mundo del arte cosas en exceso impactantes. Todo comienza, al parecer, en filosofía con la categoría de lo feo de Karl Rosenkranz (finales XVIII-XIX). Debemos también introducirnos en el maravilloso poema “Una carroña” de Charles Baudelaire, con el que se dice comienza el periodo de la fascinación por lo putrefacto, lo escatológico.

 

Pero lo gordo viene en el siglo XX. En el pasado siglo ocurre una inesperada admiración por la hez. Quizá venga todo por los acontecimientos históricos (las Word Wide Wars y todo lo demás). El hecho es que tenemos una serie de ejemplos fantásticos para deleitarnos.

 

Chris Ofili fue muy controvertido debido a su virgen maría representada con excremento de elefante. Este artista pertenece a la generación británica conocedora del mercado del arte entre los que se encuentran otros espabilados como Damien Hirst o tal vez podríamos extrapolar a los muchachos de aquel movimiento, The Young British Artist, que parecían más buscar el escándalo fácil que una vía de significación verdaderamente artística.

 

Virgen-María-de-Ofili.jpg

 

El belga Wim Delvoye ideó una máquina (2000-2007) que come, procesa, hace la digestión y, por último, defeca. En su funcionamiento se ve cómo el cuerpo humano procesa el alimento hasta su fin, la defecación de los residuos, que eran comercializados en latas a 1,50 dólares. Debidamente certificados, por supuesto. Es interesante esta máquina pues se puede admirar la función del cuerpo humano y maravillarse en su perfección.

 

El famoso Paul McCarthy y su mierda (“Un amplio espectro de ítems que forman un intercambio dinámico de zonas temporales y paralelas que se autoeclipsan”) que se convirtió en mierda volante y que casi asesina a unos niños que jugaban en un parque y demás señores dedicados al zurullo pueden disfrutarse en este fantástico resumen.

 

Juan Díaz-Faes ilustra en su libro Escacalógico hasta 150 tipos de heces, bien dibujaditas y explicadas. Afirma este autor que “la caca es el sexo del siglo XXI”. La caca está presente en la mente de todos, aunque no hablemos de ella: presente en el Antiguo Testamento y en la filosofía del inmenso Hegel, cuya definición del acto consiste en “una repugnancia abstracta de uno mismo, de su propio ser”; y Günter Grass dice en cierto momento “mi desecho me resulta más cercano que Dios o que tú”. 

 

Parece como si el excremento, en estos últimos años, hubiera alcanzado una categoría hasta este momento nunca conocida. El valor que damos a los desperdicios podría relacionarse al interés que, en la infancia, le damos a nuestros cagarros: los mostramos a los mayores expresando nuestra capacidad de creación. Pues ahora lo mismo, pero hacia la Madre Naturaleza. Controlar los residuos, reciclar, utilizar nuestras heces podría ser un intento de reconciliarnos con la Diosa Madre. Quién sabe. Freud anda por ahí. “El niño no experimenta repugnancia alguna por sus excrementos, a los que considera parte de su propio cuerpo, se separa de ellos contra su voluntad y los utiliza como primer regalo con el que distingue a aquellas personas a las que aprecia particularmente” escribe el pensador en 1917. Para el niño, es una muestra de amor que solo ofrece a los seres elegidos.

 

En 2014 una activista egipcia, en el summum de la expresividad, menstrua y se caga en la bandera del Estado Islámico. No sé si será arte o respeto a la Naturaleza, pero, desde luego, es muy valiente.

 

En la actualidad, para terminar, debemos tomarnos en serio la falta de higiene en numerosos lugares del mundo.

 

Espero haber ofrecido algo de shit culture. Hasta pronto.

 

Marc-Quinn-Shit-Head-1997.jpg

 

 

ENLACES VERDADERAMENTE FÉTIDOS

 

Shit Head 1997

http://marcquinn.com/artworks/single/shit-head-march-1997

 

Once excelentes ejemplos de arte con excrementos

http://weburbanist.com/2010/12/19/poop-culture-11-examples-of-excellent-excrement-art/

Este artículo es un extenso compendio de lo que respecta al arte contemporáneo con heces.

 

Leo Bassi explota una mierda de vaca en la televisión:

https://www.youtube.com/watch?v=GCPAlL8bcBs

 

 

 

 

 

 

Significado, etimología

caca

Der. regres. del latín cacāre 'cagar'.

1. f. eufem. coloq. Excremento humano, y especialmente el de los niños pequeños.

2. f. eufemcoloq. Excremento de animales domésticos.

3. f. coloq. Suciedad, inmundicia.

4. f. coloq. Defecto o vicio. Callar, ocultar, tapar o descubrir la caca.

5. f. coloq. Cosa de baja calidad. Ese libro es una caca.

6. f. infant. Cosa que no se debe tocar. Niño, eso es caca.

 

excremento

Del lat. excrementum.

1. m. Residuos del alimento que, después de hecha la digestión, despide el cuerpo por el ano.

2. m. Residuo metabólico del organismo.

3. m. Residuo que se produce en las plantas por putrefacción.

 

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