VENDAVAL

Beatriz Alonso Aranzábal







El atractivo e irresistible vendedor logró que me llevara el lote completo de toalla, bañador, chancletas y gafas de sol. No había parado de hablar de su país de origen, con sus playas, su alegría. Me dejé llevar y durante aquellos minutos todos mis pensamientos sombríos se desvanecieron. Le hubiese comprado hasta una colchoneta, y tampoco me habría venido mal: afuera, la fuerte nevada estaba sepultando las calles de la ciudad.