Minorías contra minorías (Celebrando San Valentín en paz y amor)



Un Relaxing Coffee Totum Revolutum de ANDREA BYBLOS mientras esperamos el Apocalipsis tan ricamente.



Los humanos no nos queremos nada entre nosotros.

Miles de años de historia han sido miles de años de guerras, de guerrillas, de revueltas, de peleas entre tribus, de competir por la tierra y los recursos.

Entre guerra y guerra ha habido periodos de una paz intranquila, llena de hermosas y melifluas palabras. Y a más hermosas palabras se respondía posteriormente con una gran violencia y crueldad. Qué grandes los eruditos griegos, los oradores romanos, los santos reyes de las cruzadas… Qué bonito hablaban todos. Y como se exterminaban de la forma más bestia. Qué arte tenían.

No hay más que ver las hermosas formas de educación, la elegancia de los años 30, la finura de sus porcelanas, la extrema delicadeza de los tejidos, los muebles, el arte, la música… Que acabó de aquella manera.

Ahora la cosa tiene visos de acabar mu malamente… Aunque no sabemos cuándo. Si ya, en 5, 10 años, 20… Se está preparando algo.

Y por eso el lenguaje oficial es tan melifluo, correcto, tolerante, lleno de grandeza moral.

Mientras, por debajo, las corrientes son de una agresividad que sorprende tras el oasis de unos años en los que parecía que el ser humano había superado la violencia y las peleas tribales porque somos muy avanzados y la tecnología nos tiene ya en otra era.

Esa tecnología que, curiosamente está sirviendo para sacar más esa tribu que hay dentro de todos nosotros.

Se ha protegido a las minorías para no ser fagocitadas por una mayoría. Pero muchas de estas minorías están usando su nuevo estatus para imponerse a las mayorías de la forma más totalitaria. Y surgen conflictos de intereses entre minorías que lo hacen todo muy entretenido a la vez que pavoroso.

Ya está totalmente declarada la guerra entre transexuales woke (no los clásicos) y mujeres feministas radicales, que antes compartían lucha. Conflicto de intereses. Una vez que como minorías han tenido acceso a cierto poder han dejado de amarse tanto.

Pasa parecido entre judíos y negros en USA. Los judíos de izquierda, muy traumatizados tras la Shoah, apoyaron mucho los movimientos de liberación de los negros y antiracistas porque se identificaban con ellos. Actualmente, tras el Black Lives Matter, muchos negros, empoderados, se adhieren a la causa palestina, lo cual es visto por los judíos como una traición.

Aún no ha comenzado, es posible que no se atrevan porque el miedo es lo que prevalece, pero lo del Islam y el Feminismo, más los Transexuales Woke, compartiendo pesebre en los partidos de izquierda, tiene sus días contados. Porque no se puede mantener semejante manicomio por más tiempo.

No sólo esto. Desde hace tiempo el intento de deconstrucción ha convertido Europa y USA en manicomios gigantes en los que las minorías intentan asaltar el poder sin ningún escrúpulo ni sentido. Destruir sin construir, sólo por el placer de la envidia, la venganza de un pasado colonial que, si bien tuvo muchas cosas malas, también dio otras buenas.

Viendo unos vídeos, hace unos días, encontré a un compositor de música clásica inglés que clamaba contra las partituras: Las consideraba un símbolo del supremacismo blanco y la opresión colonial. Es decir, abogaba por suprimir la escritura porque otras músicas étnicas no tienen sistema de escritura propio, y que cuando la enseñanza musical se basa en ese sistema de escritura, creado por músicos europeos blancos, se está siendo racista y colonial. Eso fue muy aplaudido por un compositor libanés LGTB, emigrado a USA, que protestaba por la no inclusividad LGTB en la música clásica, a la vez que por la apropiación cultural y el racismo. Busqué sus composiciones. Nada que llamara la atención, puro aburrimiento, pura mediocridad que se vale de estas protestas para que le hagan un poco de caso.

Los comentarios de la gente, en su mayoría, evidentemente, no fueron nada considerados con estos dos compositores, pero hubo algunos que estaban dispuestos a este vía crucis de eliminar las partituras en música clásica para que algunas personas de otras etnias, que ni remotamente están interesadas en este género, puedan, en teoría, sentirse bien. Escucho música india a menudo y no sé cómo escriben esas fascinantes percusiones que tienen, si lo escriben. En todo caso, que eliminen las partituras en la música clásica occidental a los músicos indios tampoco les beneficia en nada.

Lo curioso es que nadie les impide que usen la escritura del solfeo o que se inventen otro sistema de escritura para sus composiciones. No. Es destruir por destruir la expresión escrita de una música que no les interesa. En el caso del compositor inglés como narcisismo mártir: “Soy blanco y culpable, pero yo soy bueno, mejor que esos racistas supremacistas” e imponer su mediocridad como compositor porque él es solidario y ético, no como los otros de hace 2 siglos. Y en el caso del compositor libanés, una forma de intentar meter el morro en el pesebre y suplir su falta de talento con su pertenencia a dos minorías que han sufrido discriminación.

Es sólo un ejemplo entre tantos que me voy encontrando aunque esté buscando otra cosa. Es todo un sinsentido, una estupidez, una mediocridad tan inútil.

Una era de abundancia y laxismo ha llevado a esto, pero ahora comienza de nuevo la lucha por la supervivencia. Y es clan contra clan.

En otras sociedades siguen existiendo los clanes, las tribus, como ha habido siempre. En la nuestra los clanes, aparte de los tradicionales familiares, se unen artificialmente por defender unos valores que al final muestran una realidad muy tradicional la del “quítate tú pa ponerme yo”. Esa supuesta autoridad moral de beaterio progre que muestra sus dientes en cuanto consigue algo de poder.

Quizás asistamos al despelleje de minorías contra minorías dentro de muy poco. Sobre todo porque cuando están lideradas por gente sin escrúpulos que van de lucha por derechos, pero sólo atienden a intereses personales y a abusar del poder que consigan, no hay otra salida cuando hay conflicto de intereses.

Va a ser la sustitución del fútbol, que ha sido siempre una versión edulcorada de las guerras. Esperemos que no rueden cabezas como balones, que no se vuelva al estado más cruel del ser humano. Estos últimos años nos están sorprendiendo desagradablemente con guerras muy crueles e ideas cada vez más absurdas por lo que no me atrevería a poner la mano en el fuego de que no vamos a volver a la barbarie más cruel, eso sí, con mucho amor, ética e inclusividad.





Brevísima acotación del webmeister zurdmaníaco: CABALGAR CONTRADICCIONES (que diría el mesías/buscón Pablillos) ES LO QUE TIENE… QUE AL FINAL EL MUNDO SE HERNIA