TERCERA TRANSMUTACION

Por Takla Makan

 

SOLO EL HOMBRE EVOLUCIONADO ES REALMENTE REVOLUCIONARIO porque sólo él es CAPAZ DE ACTUAR DESDE LO MAS PROFUNDO DE SU NATURALEZA, desde su esencialidad generativa. Ese ACTUAR REVOLUCIONARIAMENTE en el mundo es uno de los frutos de la GRAN REVOLUCION: la consistente en REALIZAR LA EXPERIENCIA TRANSFORMADORA INTERIOR QUE EL HOMBRE ESTA LLAMADO A LOGRAR. Cuando este HOMBRE TOTAL ejerza de tal, lo hará revolucionariamente, y no solamente en lo concerniente a los FINES, sino también en lo referido a los MEDIOS.

 

El HOMBRE ORDINARIO –no transformado- NO SE NUTRE DE AQUELLA ESENCIA –de aquella AUTENTICIDAD- sino de una RACIONALIDAD ELEMENTAL forzada a actuar en el mundo según ESQUEMAS MENTALES CONDICIONANTES. EL HOMBRE ELEMENTAL, LIMITADO POR SU INCOMPRENSION DE LA IDENTIDAD E INTERACCION ULTIMA DE TODAS LAS COSAS, actuará lastrado por toda clase de dualismos de bajo rango: dualismos burdos, inútiles siquiera para conducir, a través del hipotético y selecto procedimiento del NIHILISMO VITALISTA, hacia superaciones integradoras dado que esta última vía requiere una predisposición cada vez más infrecuente y porque además esos dualismos han logrado convertirse en mitos referenciales y de autoafirmación para una burguesía cada vez más necesitada de terrenos sólidos que caminar pero también de “ocios” y “vías de escape” más y más intensos…

 

Moralismos gruesos, contradictorios e insostenibles por hombres de pulido refinado son hoy enarbolados con rufianesca suficiencia y debidamente divulgados por los habituales creadores de “opinión pública”; fobias y filias de marcada raíz psicótica son esgrimidas triunfalmente como rotundo argumento por los diversos humanismos subhumanizantes.

El HOMBRE-MASA, permeable a todo eso, carece de intuición para lo elevado, para lo noble, para lo heroico, para lo que se halla más allá de sí mismo, y, por esa misma razón -recordando un aforismo nietzscheano-, tiene en cambio siniestros “sentidos para actores y comediantes de grandes cosas…”. Incapaz de aspirar a la verdad aspira sólo a la “libertad”.

 

Cuando un hombre como éste se involucra en pugnas en las que se sustancian cosas decisivas cabe prever con espanto lo que sucederá… ¿hará falta acudir a la historia de las revoluciones políticas para verificarlo?