BEATRIZ ALONSO ARANZÁBAL
Es extraño pensar que alguien desconocido esté pendiente de tus fruslerías y te envíe, de vez en cuando, unas palabras de aliento. Es extraño que pasen los años y siga cerca. Es extraño no sentir temor. Y más extraño es no verse jamás. Lo piensas en la Puerta del Sol, en medio de una multitud en la que eres invisible. Y te dejas llevar por el aroma de los churros recién fritos, y te acercas a saborearlos en compañía de tus pensamientos. Gloria en la boca. Es extraño escribir y que te puedan leer.