La pantera Esther me
pasó unas porciones de bacalao en salazón y fue un nuevo reto, pues nunca había
lidiado con ello. Lo que hice fue, siguiendo consejos televisivos, darle dos
aguas: la primera, por la noche, y la segunda, por la mañana unas horas antes
de ponerme a la tarea. La primera agua la reservé y en ella cocí, enteras, una
patata, una zanahoria y una porción de calabaza. Amenicé la sal con ajo en
polvo, eneldo, perejil, jengibre y una mezcla
picante de Ibero/China que suelo emplear para pescado. En otra cacerola,
con aceite de freír pescado, sofreí cebolla, puerro, apio y pimientos y cuando
estaba bastante deshecho le añadí un chorreón de una salsa pil
pil (supongo que puede valer también una salsa de
eneldo o incluso una tártara) y el bacalao (la segunda agua –obviamente, menos
salada que la primera- la reservé en la nevera para usar otro día bien para una
pasta o un arroz).
Mame me
mandó por mi cumpleaños unos envíos chacineros
(incluyendo los míticos flamenquines así como quesillo
de pork). Con el quesillo me he hecho unos
revueltos muy interesantes parecidos a los que me suelo hacer con morcilla:
sofrito de diversos entes vegetales (cebolla, puerro, pimientos varios,
repollo, manzana muy picadita...) en manteca de cerdo, y cuando está la cosa
bastante homogénea y pochada, le añado el quesillo con una salsa hecha de
cerveza, mermelada de naranja, cachup y salsa
picante mexicana o pasta
de curry rojo (a elegir –el efecto es parecido-), y una rociada de perejil,
cilantro y cebolla frita (de ésta que venden en tupper).
Dejar que repose a fuego residual.
Acabaré con la
tortilla de paté (variante cárnica de la tortilla de crema de queso). Paté bien
de cerdo, de ave o de pescado. En un tazón bato el huevo con un trozo del paté
variando el aderezo (en patés de carne le añado nuez moscada si es cerdo o esta
mezcla de especias que encontré en IberoChina –con cardamomo,
regaliz, anís, clavo y canela- si es de ave; si es bonito, cabracho o huevas,
lo acompaño con albahaca, estragón y eneldo y la mezcla picante antes mentada
en el párrafo del bacalao). En una cacerola pequeña echo aceite de freír
pescado, margarina + aceite especiado (para ave) o manteca de cerdo y cuando ha
alcanzado temperatura, vierto la mezcla del tazón y lo tapo dejando que repose
apagado, al calor residual. Queda como una especie de panqueque. Al servirlo,
lo corono con alguna salsa (alioli, eneldo, de ostras o tártara –pescado-,
mostaza o al cognac –ave- o cachup
con crema de cheddar y batido con una gotita de
cerveza –cerdo-).