Cuando el reproche se
convierte en canción
Por Esther Peñas
La música, ya se
sabe, amansa a las fieras. Pero, en ocasiones, las despierta. O puede hacerlo.
Porque aunque las canciones nos amenizan la vida, recrean situaciones inolvidables,
marcan etapas y nos refuerzan o atenúan estados de ánimo, hay quien las utiliza
como dardos envenenados, sirviéndose de ellas para ajustar cuentas, mandar
recaditos, dejar constancia pública de un reproche o poblándolas de puyas
varias.
Aunque los
representantes, las compañías discográficas y los antiguos compañeros de banda
son los objetivos más recurrentes de estas canciones con mensaje, nadie está a
salvo.
RECORDANDO A VIEJOS COMPAÑEROS
Joey Ramone y Johnny Ramone, cantante y guitarrista respectivamente de
‘Ramones’, se soportaban como podían. Al principio, por sus equidistantes
postulados políticos, uno liberal, el otro, conservador. Después, la cosa
adquirió tintes más dramáticos. Joey se enamoró de
Linda Danielle. También Johnny.
Pero fue éste último quien se casó con ella. Nunca más volvieron a hablarse.
La venganza de
Joel fue una contundente canción, ‘TheKKK
took my baby
away’ (el Ku Kux Klan se llevó a mi chica,
podríamos decir). Johnny rasgaba su guitarra como si
aquello no fuera con él.
Una vez
desmantelados ‘The Beatles’,
Paul McCartney no pudo
evitar que sus irónicas opiniones sobre sus ya ex compañeros aflorasen en sus
canciones. Por ejemplo, en ‘Too
many people’, haciendo
explícita su alusión a Lennon, habla de que “vende humo al mundo”, y se ríe de su
propaganda pacifista. Años después confesó en una entrevista que “estaba hasta las narices de tanta
predicación”. Por cierto, en la contraportada del disco, Ram, aparecen dos escarabajos copulando, un guiño al rumor
a propósito de que algunos miembros de los Beatles
habían mantenido un romance. ¿Poca elegancia para alguien que ostenta el título
de Sir?
John Lennon, por su parte, se desquitó con ‘How do you
sleep?’, en su disco ‘Imagine’, de un modo más
feroz ya que canta mensajes como “lo único
que hiciste fue Yesterday”.
El tercero en
discordia, George Harrison,
no permaneció al margen, y compuso ‘WahWah’, en honor del
mítico pedal para guitarras. El tema, más que una venganza, es una declaración
de intenciones. Nunca se apostó por el talento de Harrison
en la banda, a pesar del éxito de ‘Here
comes the sun’ y el
músico se reivindica a sí mismo en el tema. Como Juan Palomo.
‘Megadeth’, la banda estadounidense de tras metal, utilizó
su arte para mandar un recadito a Chris Poland, el antiguo guitarrista de la formación, en la
canción ‘Liar’. Entona
agasajos del tipo: “No das más que
problemas, propagas tu dolor (…) tu aliento es desagradable, hueles a podrido.
Mentiroso, mentiroso, es lo único que podrás ser en la vida”.
‘Nightwish’, grupo de metal sinfónico, zanja sus relaciones
con la que fuera su diva, Tarja, una soprano finlandesa, en ‘Bye,
bye, beautiful’ donde
se la recrimina: “¿Alguna vez oíste lo
que dije? ¿Alguna vez leíste lo que escribía? ¿Alguna vez escuchaste lo que
tocábamos?” Parece que la moza era
algo despistada o dura de oído.
‘Rainbow’, grupo británico de hard rock, dedica uno de sus
temas, ‘LA Connection’ a su antiguo bajista, Jimmy
Bain, en el que se desvela su adicción a las drogas.
La banda
británica de heavy metal ‘Iron
Maiden’ partió peras con quien fuera su manager de
toda la vida, Rod Smallwood,
en el tema ‘Sheriff of Huddersfield’, que habla
del pueblo en que nació el representante, y entona ditirambos del estilo de: “ganando al poker
y haciéndose el gracioso, siempre engaña cuando negocia”.
Con más tacto
compuso la banda de rock progresivo ‘Yes’ un tema que hablaba de su manager,
una canción instrumental titulada ‘Five per cent for nothing’, un
cinco por ciento por no hacer nada.
Loquillo, sin
tapujos, en su corte ‘El manager’ dice: “amigos no tiene, total, para qué, los
compra, los vende o son como él. Robará tu talento, yo lo sé, aléjate de él”.
Hasta ‘Queen’ se despacha a gusto en ‘Death on two legs’ contra Norman
Sheffield, su representante, con laudos tan bellos como “Señor sabelotodo, la aleta que tienes en la espalda ¿era parte del
contrato? (…) Eres una rata de alcantarilla en un pozo de orgullo”.
[bonus
del webmeister: DOCTOR POP, grupo fetiche de Charlie y mío por su difícil
equilibrio entre lo industrial y lo vocacional, tienen este tema, donde también se le da caña a la figura
del apoderado]
CUANDO EL ODIO SE PROYECTA A LAS
DISCOGRÁFICAS
El británico Nick Lowe, después de proyectos interesantes como ‘Brinsley
Schwarz’, decidió emprender su carrera en solitario. Y lo hizo con un sello
discográfico propio, sBpm Records. Uno de los sencillos se titula ‘I love my label’, traducido como ‘adoro a
mi discográfica’. Se refería a su anterior compañía, United Artist. La letra de
la canción pregona cosas como: “Me
encanta mi discográfica, nunca hablan de mí a mis espaldas, aunque a veces les
sorprenda juzgando mis canciones (…) somos un gran familia feliz”. Lowe nunca
confirmó que aquello no fuese una ironía. Tampoco hacía falta.
‘Topo’, una
banda española de rock urbano, le brindó su tema ‘Quieren matar mi canción’ a
También contra
VENDETTAS A TERCEROS
La banda de pop-rock
británica ‘Prefab Sprout’, cansada de los tópicos que, a su juicio, poblaban
los discos de Bruce Springsteen,
le dedicaron una canción que se convirtió en todo un éxito, ‘Cars & girls’,
coches y chicas, en la que cantaban, entre otras, lindezas como: “El muchacho consiguió un bólido llamativo,
cree que eso le confiere un estatus de dios, pero esta es una carrera que no
ganará porque la vida es algo más que coches y chicas guapas (…) los pensamientos
de Bruce no son más que bonitas serpentinas”.
Rosendo se
despacha a gusto con el locutor Mariano García, especializado en rock duro y
heavy metal, director del programa ‘Disco-cross’ y actual dueño del
‘Rockobservatorio’. En ‘Fuera de lugar’ asegura “tu opinión cabe en un sobre” para
terminar con un nítido exabrupto.
A Mariano García
le llueven los seguidores, pero también los detractores. ‘Silver Fist’, un
grupo de thras/heavy metal español componen en su honor ‘El predicador del metal’,
con textos como “sé que jamás me apoyarás
si no aporto una donación”.
¿Quién no ha
tarareado el clásico ‘Sweet home Alabama’, de los
norteamericanos ‘Lynyrd Skynyrd’? Pues detrás de ese pegadizo sonido country se
extiende una crítica manifiesta al mismísimo Neil Young. ¿El motivo? Young
había escrito la canción ‘Southern man’, criticando las
condiciones sociales y los prejuicios de los estados sureños. Y claro, a los
norteamericanos no les sentó nada bien que viniera un canadiense como Neil a
reprochar lo que conocía por referencias.
Eric Clapton quedó subyugado ante los encantos, tímidos y un
tanto retraídos, de la esposa de su amigo George Harrison, Paula Boyd. Le
compuso ‘Layla’, animándola a que
abandonase a Harrison, pero no surtió efecto. Clapton se enganchó a la cocaína
para digerir las calabazas. Con el tiempo, Boyd y Clapton terminaron
juntos. [nota del webmeister: a Antonio Zancajo le
fascinaba esta peripecia y solía contármela una y otra vez con fruición
cebollética]
Hay mofas con
estilo y mofas descarnadas. A esta última clase pertenece la canción ‘G de gilipollas’,
que ‘Pabellón psiquiátrico’ le dedicó al grupo de moda, ‘Hombres G’. En ella,
se escuchan estrofas tan poco poéticas como “Ya
te quedas tranquilo, yo me quedo con tu chica/ escucha esta canción, ráscate si
te pica/ no me importa oler mal en compañía de Indiana/ porque si ser pijo se
pega, yo me vacuno mañana”.
[nota del webmeister: ¿Y qué me dicen de este tema, que cual testigo olímpico, PARAISO lo íbamos endilgando a
diversos locutores, en cuanto nos hacían un feo, desplante o afrenta?]
LEYENDAS URBANAS
A todos sorprendió
que el melindroso Michael Jackson incluyese en su disco ‘Bad’, un corte
titulado ‘Dirty Diana’ (sucia Diana,
podríamos traducir), dada la conocida relación existente entre ambos cantantes.
Recordemos: para publicitar el fichaje de
Sí lo fue que
Michael, un niño con infancia decapitada, se enamoró perdidamente de ella.
Cuando alcanzó la mayoría de edad, culminaron el romance, pero finalmente ella
optó por casarse con un millonario noruego, Arne Naess. Por supuesto, Jacko
declinó la invitación para asistir al enlace. Él no encajó bien la ruptura y se
distanciaron durante una larga temporada, en la que, curiosamente, aparece la
canción. Juzguen ustedes mismos. Con el tiempo llegó la reconciliación, hasta
el punto que ella fue designada como tutora legal de sus hijos.
Tampoco se
aclaró si el single ‘No tienes nada’ del primer –y
único- disco en solitario de Marta Botía hablaba de Marilia Andrés, con quien
formó ese estremecedor dúo ‘Ella baila sola’. Muchos así lo interpretaron al
escuchar “No tienes nada, no tienes arte,
no tienes nada nuevo que decir”, sobre todo porque Marilia, tras frustrados
intentos, nunca debutó en solitario.
Otro rumor
malediciente apunta a que el maño Enrique Bunbury, que fuera la voz cantante de
‘Héroes del silencio’, hablaba de su colega Eva Amaral en el procaz tema ‘Puta desagradecida’.
Bunbury es un admirador confeso de Bob Dylan -¡y quién no!-. Bien. Resulta que
en una de las giras que el americano iba a hacer por España, tenía casi cerrado
un contrato para ser telonero. Presa de la emoción, lo comentó a sus íntimos.
Entre ellos, a Eva Amaral. Ella
tampoco pudo reprimirse y se lo dijo a su compañero de grupo, Juan Aguirre.
Pero, ¡oh, cielos!, resultó que Aguirre tenía un amigo que a su vez era íntimo
de quien montaba los conciertos de Dylan en España. Así que quien acabó
prologando al maestro fue Amaral en vez de Bunbury. Está feo. Traicionar a
quien compartió contigo parte del camino. Pero ya se sabe, el principio
freudiano de matar al padre nunca perdió vigencia.