LOS PLIEGUES





por Esther Peñas







Los pliegues del sol como fuelles de un bandoneón que proclame tu paso de centauro adolescente, como alforzas que muestren la hechura de tus muslos para desacato de cordura, como cincuenta y siete rugosidades que arden en la hoguera del prodigio, allí donde gacela y cisne sean templo y terneza exacta de mundo, pliegues del sol que iluminen tu rostro a media tarde y sea gloria y delirio enmantillado. Escribe Tzara sobre el fruncido solar y suenan las campanas.