UN PLAN FALLIDO

 

Beatriz Alonso Aranzábal

http://www.cartas-sin-sellos.com/BeatrizAlonso.htm

 

 

El conde de Matorrales salió de casa aquella mañana con un propósito firme: conquistar a la dama que le tenía embelesado desde que la vio cruzar la calle con su vaporoso vestido, tropezar levemente y proseguir su camino hacia el comedor social. Había comprobado que entraba allí todos los días a la hora del almuerzo. Por eso, tras vestirse despacio, perfumarse y peinar su rala cabellera hacia atrás, dio una vuelta alrededor del edificio para tener un aspecto más relajado. Pero, por el contrario, el paso rápido le produjo una respiración un poco afanosa y al entrar en el comedor parecía realmente fatigado. Como todo el mundo, el hombre se puso a la cola, y esperó su turno para recibir un tazón de caldo caliente y un trozo de pan. A medida que se aproximaba a la encargada, descubrió que era ella la dama deseada, y pudo observar con más detenimiento sus formas, sus labios pintados de carmín y el delantal que protegía el vestido de seda. Cuando llegó su turno, antes de que pudiera decirle nada, la mujer exclamó sorprendida:

 

- ¿También usted pasa hambre?

 

El conde de Matorrales, presidente de una conocida fundación y coronel retirado, se ruborizó violentamente.

 

- Tranquilo -continuó con una dulce sonrisa- son momentos difíciles para todos. Tómese tranquilo su comida, nadie sabrá que ha estado aquí.

 

El conde, sin levantar la vista, se sentó en una mesa próxima. Sabía que había metido la pata. No había sido una buena estrategia. La miró furtivamente y le dijo adiós con una triste mirada, antes de quemarse la boca tomando de un trago todo el caldo y salir escopetado de allí.