LA NADA, Y DETRÁS DE LA NADA, NADA


Raúl Pajas Crespo


La ocupación de la Nada avanza a una velocidad de vértigo, mucho más de lo que Michael Ende imaginó. Las redes sociales y sus aplicaciones nos invaden sin otro remedio que un colapso mundial o un conflicto bélico de envergaduras planetarias. Que los Dioses no lo quieran, o sí.


Generaciones se quedan colgadas en Nadas diferentes, desconectadas unas de otras porque viven en mundos virtuales diseñados para cada sector social, cada vez más segmentado... Podemos estar sentados en un mismo banco, físicamente casi nos tocamos, mentalmente ni nos intuimos, espiritualmente...¿Qué es eso? La Nada ha conseguida sustituir esta idea por el mindfullness. En caso de que alguno de los cuerpos levante su mirada del dispositivo móvil, sólo será para volver a ubicarse, antes de lanzarse de nuevo a esa realidad paralela que alimentan continuamente.


No quiero parecer abuelo cebolleta, pero observo atónito que cualquier tipo de interacción física y emocional más allá de las redes se está yendo al carajo y todavía no he visto casi nada de lo que queda por venir.


Lo triste es que si detrás de esas vidas absortas hubiese algún tipo de desarrollo creativo, científico o cultural, se podría aprovechar en un futuro. Pero en esas redes sociales no hay Nada, sólo personajes aspiracionales de lo que les gustaría ser, de lo que les gustaría vivir... Infinidad de llamadas a vivir, luchar y sentir cosas, proclamadas desde una virtualidad que no te permite vivir, luchar, sentir... He visto viajes increíbles, registrados por miles de fotos, conciertos apoteósicos violados por cientos de móviles grabando canciones, gente que iba a ciertos lugares o eventos, sólo para dejar huella digital de su asistencia, porque ese personaje que construyen día a día de lo que les gustaría ser, en un ser insaciable, come, bebe y respira NADA para conseguir anular a la persona y sus sentimientos físicos reales en pos de ese personaje virtual que crece y crece...


En este Occidente suicidado por la espalda, pululan los cuerpos más esbeltos y sanos en siglos, portando los espíritus más muertos y pobres en siglos. Europeos, el espíritu ha muerto, la Nada avanza y su capacidad destructora sólo Google lo sabe.


Y qué queda a aquellos osados que quieren plantar cara a la Nada, sólo les queda resistir y alimentar con sus pequeños destellos las hogueras que mantienen viva la llama del intelecto y el espíritu.