FRAGMENTO
de
poema a medio encontrar en la más remota esquina de un rescoldo de sueño
(en mi
calidad de retarded emocional, mi clímax erótico se
traduce en el neto concepto de lo placentero:
ser invitado al calor de un regazo
que me haga olvidar las tiritonas de un afuera bulliciosamente solitario y
hostil)
(la distancia burlona de los posts
enredados como algas pútridas en el palangre social
–no
le da la real gana de intercambiar ingeniosidades
que
se olvidan a medida que se escriben
como
proyectos de borracho
o
promesas de pastillera-).
ni
escuchar tu voz al otro lado de la línea,
ni
siquiera hablar contigo cara a cara.
a
partir del susurro y del achuchón,
de
los silencios grávidos de miradas,
de
las manos unidas como bolas de ciprés,
del
boca a boca que siempre mata resucitando
lo
apenas concebido.
Por
eso
por
lo que quiere y por lo que no.
Bendita
sea.