ÉXITO AD AETERNUM



Beatriz Alonso Aranzábal



imagen: Giorgio de Chirico



El contrato, que había leído y releído antes de apagar la luz, quedó en la mesilla aguardando mi firma. Me atrapó un sueño profundo en el que potentes flashes me cegaban, kilómetros de alfombras rojas marcaban mi camino, la gente se abalanzaba sobre mí. Me dedicaban calles, me erigían estatuas, triunfaba a todas horas. Uno tras otro, todos mis amores envejecían y morían ante mi desconsolado llanto. El mundo se iba aniquilando, y yo no dejaba de seguir joven y de recibir premios. Desperté entonces empapada en sudor, y rompí en trocitos el acuerdo con el diablo: mi alma no estaba en venta.