[leídos en Radio Nacional de España, dentro del microespacio
que hice en el magazine de Carlos Tena, allá por
1990;
publicados también
por esas fechas en el fanzine OMARAMBO]
SPEAKER’S CORNER
«Desde su escondrijo
cuidadosamente construido en el bosque, a trescientos metros de distancia, Darwin
Bonaparte, el fotógrafo de caza mayor más experto de
Hay en nuestra ciudad speaker’s
corner (¿cómo no iba a haberlo en una democracia?):
en
en medio
de los osos polares tras su patio
y de los
osos pardos duchándose en su jaula
redonda.
Los Rebeldes, los Locos, se gritan y lamentan y ríen y
consuelan
a los
espectadores cuando éstos se conmueven
y dudan
un poquito
de todo,
cuando el
cinismo impuesto se cuartea y la rabia no admite sucedáneos,
cuando el Mal
Menor no lo es bastante para acallar preguntas,
cuando las
fieras observan a la gente
y parece
como si
comentasen lo que observan,
cuando la raíz
del simulacro queda subvertida por aumento del clímax,
cuando el Vacío
Obediente de los muchos visitantes
empatiza con los ojos de los raros animales
y el diálogo
de sordos comienza a tomar sentido,
cuando Algo
Grave (¿Salvaje?) aturde en su inminencia
son los
propios inquilinos de las jaulas
quienes pinchan
el globito con absurdos
(enormidades, excesos, sobredosis
de Esperanza)
que
confirman la certeza del diagnóstico
por el cual
algunos hablan desde el Zoo
(y no desde otra tribuna).
ORWELLIANA
«De vez en cuando le
asaltaban falsos recuerdos.» (GEORGE
ORWELL)
Las ratas del pensamiento
te andan
haciendo cosquillas
entre las
uñas y el tiempo
que te
queda por morir.
La sangre de los instantes
que nunca
se sucedieron
anda
llamando a la puerta
con puntual
autoridad.
Las palabras son violadas,
despojadas de sentido,
y se
alquilan por las calles
en espera
de un postor.
En el limbo de los odios
que preceden
a la amnesia
las
personas van negando
su
identidad y su fe.
Negaciones con dos patas
donde acaban
las ciudades,
se
arrepienten de sí mismos
de esa incómoda
inquietud.