(en
pleno corazón de la serranía -las cinco de la tarde: un calor...-, los Siete Dildos de Ecija, apeándose de sus
caballos alazanes, pues no se les ocurre otra cosa que pedirle peaje a Benito
Moreno en plan esfinge antigua, exigiendo respuestas en vez de dineros: he aquí
el resultado de tan singular peripecia)
Canciones para escuchar solo. Canciones cuesta
arriba para preparar una inmersión en sábanas heladas. Antinanas
para "madrugás" oscuras del alma. Canciones
inciertas como la zona crepuscular en la que se hunde Occidente. Canciones para
aguar fiestas. Eso es lo que hacía Benito Moreno (Sevilla, 1940), pintor y
cantautor de profundidad abisal cuya voz es mi banda sonora particular en estos
tiempos raros. Cantautor heterodoxo, malditísimo y casi
desconocido, Benito llegó a mis oídos a través de una cinta que me grabó el
Zurdo cuando aún se grababan cintas y no CDs, en
justo pago por descubrirle yo a Sr. Chinarro que, de alguna manera, podría
considerarse el único heredero conceptual del increíble Sr. Benito, en su
imposible misión de explorar las tinieblas de una Andalucía perdida. O, mejor,
digamos que el Sr. Moreno fue una suerte de protochinarro
adulto, con menos magia y más crudeza: él nunca le encontró la gracia al
chiste. A Moreno le duele España, Sevilla y Andalucía. Y le pesa la vida como
un saco de patatas podridas y llenas de gusanos futboleros. A Chinarro también,
pero lo lleva mejor (tal vez porque es del Betis,
como mi abuelo Sebastián). Ambos, miran el mundo desde vasos/parabrisas de
distintos colores, pero el mismo material: cristal oscuro.
Hoy, por fin, presento con orgullo la primera
entrevista exclusiva realizada a Benito Moreno tras años de silencio. Un rayo
de sol sobre su línea de sombra. Un barrido de luz de faro que intenta
descifrar su mar negro y sus discos perdidos.
¿Cuál es su primer recuerdo musical?
Puede que el de la voz de la mujer cantando.
O el de un viernes santo de madrugada, por una calle oscura y
precedido por cirios en silencio, siendo testigo de un concierto inesperado,
pues me encontré ante un trío de viento
que acompañaba la procesión y se puso a tocar música dulce y oscura caminando
hacia mi. Clarinete, oboe y fagote. Tendría tres o cuatro años, quedé
sobrecogido por aquellos tres sonidos profundos y diferentes entre ellos que
identifiqué como las claves de la soledad y de la noche.
O tal vez sea la música del NO-DO o el “Cara
al Sol” con el que nos despellejaban de niños. De la posguerra la memoria de la
infancia tiene capas muy diversas. Por aquellos infinitos años del hambre la
música se mezclaba con el miedo. Se palpaba una soledad prehistórica.
¿Y el primer disco que se compró?
Con doce años, compré un concierto para
piano de Brahms, un año después otro del trío Los
Panchos que acabé odiando de tanto ponerlo.
¿Qué sonaba por la radio, que echaban en el cine y que vendían en los
quioscos en aquellos tiempos?
Valderrama, Lola Flores, Caracol, “
¿Cómo se va gestando su vocación artística?
Desde el 55 al 58 estudio Arte Dramático en
el Conservatorio. Entre gente de mi edad descubro a Miguel Hernández recitado
por jóvenes del pueblo, con el acento de trilla, de era, casi canción. Lorca, Juan Ramón..., Machado, la poesía en cascada. Todo
nuevo, todo bueno. Los autores clásicos. La escena me ayudaba a vencer mi
testaruda tartamudez y cruzarme por los pasillos del Conservatorio con las
alumnas de música me estimulaba.
Al mismo tiempo que el teatro frecuento un
tablao flamenco y nocturno, “El Guajiro”. Convenzo al guitarrista del cuadro
para que me dé clases de guitarra flamenca y me enseñe lo que pueda.
En el Conservatorio me entero de que en
Al
año siguiente García Calvo renunciaba a
Harto de España y Sevilla, se largó usted más allá de los Pirineos,
¿cómo fue la experiencia?
Paris me pareció demasiado y sin el idioma
no sabía por donde meterme, además no conocía a nadie. Pero lo que me
interesaba no era Paris sino su cultura, su poesía y su cine, sus canciones que
fueron poco a poco concretizando mis deseos de encontrar formas de escritura,
de expresión para acercarme a la canción que hacían y que cogí como patrón.
Contaba con la guitarra que tocaba en ciertos momentos de melancolía y con la
poesía que me guiaba en otros. Tenía los mismos elementos que ellos para
componer pero aún no era el momento. Conocía a alguien en
¿Qué pasa cuando vuelve a España? ¿Cuál es su peripecia en Madrid? ¿Cómo
surge componer y grabar canciones?
En Bellas Artes enseño el grabado y me
intereso por la foto. Algunos amigos residentes en Madrid me animan para que
vuelva y pruebe la vida en la capital que efectivamente empezaba a animarse.
Tenía ganas de ver de cerca como iba el monstruo indolente, vivir con quienes
se atrevían a cuestionar al dueño de aquella España acotada y alquilada a los
norteamericanos
Pedí un permiso de dos años en
Madrid me gustó. Creo que de Luis Eduardo Aute ya sonaba
“Rito” y tal vez “Espuma”.
Dos años pasan pronto y nos volvimos a Bretagne. Bellas Artes me cobijaba
y me permitía dedicarle todo el tiempo necesario a la canción. Llegan a su hora
en una tierra bella y acogedora que sabe apaciguarme. Vienen
una detrás de otra, a veces compongo dos al mismo tiempo. Brindamos con
champagne. Dos exposiciones y muchos encargos de retratos en Madrid voy y
vengo. Cuando Gonzalo Garcíapelayo, al que canté las
primeras canciones, “España huele a pueblo”,” Nana para no dormir” o
”Sevillano”, me da fecha de grabación,
yo ya tenía compuestos dos LP e iba lentamente apuntando e imaginando “Mis
sombras completas”, el tercero.
¿Se podía hablar, en aquellos tiempos, de un entorno musical sevillano
afín a usted o, Triana parte, estaba tan solo como
sus canciones?
Triana, cuando grabamos “Romances del Lute”, no existía como grupo. Acababan de terminar el
primer LP que estaba en prensa y yo no había oído. A
Jesús de
¿Escuchaba, conocía, se mezclaba con otros heterodoxos como Solera,
Vainica Doble, Lole y Manuel, Ovidi
Montllor...?
Luis Pastor, Hilario, Vainica, Pablo Guerrero, Lole y Manuel nos cruzábamos por los pasillos de estudios
de grabación, TV o radio. Ningún cantautor catalán. Alrededor de los
autores-compositores empezaba a crearse cierta misteriosa simpatía. Conozco a
Paco de Lucía en casa de Máximo, mi otro hermano que además de hacer las
carpetas de Triana y de muchos otros trabajaba en la
escuela de Restauración del Prado, era muy buen fotógrafo y estupendo
dibujante. Paco aparecía a veces por la casa, nunca había oído nadie tocando
así la guitarra, con tanta convicción y energía. Me pareció un genio desde el
primer día que lo vi. Le hice un retrato, un dibujo al pastel, de pie, con las
manos apoyadas en el respaldo de una silla, mirando de frente, serio,
sobre un fondo verde oliva. Acababa de sacar “Fuente y Caudal”. Era la nueva
generación, la que se preparaba cuando yo me fui. Venían detrás.
¿Le seguiría cantando a El Lute hoy en día,
viendo sus últimas evoluciones?
Del Lute me
interesó sus proezas y sus deseos de libertad. Sus huidas de los penales más
severos. Un héroe popular con
¿Tocaba usted en directo? ¿En qué lugares? ¿Solo o acompañado? ¿Cómo
eran aquellas actuaciones?
Los Romances aparecen (1975) e
inmediatamente son prohibidos en la radio.
Con el disco bajo el brazo me vengo a
Sevilla. Hago promoción. Todas las FM como en Madrid. Me encuentro con Carlos
Cano que llega de Granada, también con un montón de canciones entre pecho y
espalda. Luis Baquero, inquieto creador en “
Después de varios conciertos en los
desangelados salones de las sedes sindicales fuimos a cantar a Córdoba. Después
Carlos se fue para grabar su primer LP “A duras penas” y yo me volví a
Bretaña. Cuando salió “Ellos…y ella” compartí cartel con Pablo Guerrero en el
Monumental de Madrid. Era en el 76, creo. Por aquellos tiempos me encontré
varias veces con Manuel Gerena y su flamenco furioso
que andaba formando el taco con sus directos. A veces le prohibían el concierto
justo antes de empezar, ya con el público esperando y ante las puertas cerradas
del teatro se subía a una mesa y cantaba a través de un megáfono en plena
calle. Yo le dediqué unos versos de los que recuerdo estos:
“Porque salió del cuartito / le resulta
peligroso / el Flamenco al señorito / ya no lo ve tan
graciosso”
Algunos de sus textos cantan al alcohol. ¿Usaba vd. esta u otras drogas
en su proceso creativo?
El alcohol estuvo a mi lado
mientras fue mi aliado.
Cuando cambió de parecer
lo hice desaparecer.
Le debo muchos favores, largas horas de
intensa creación. Me ayudó a manejar los sueños. Me dio paz ante el fracaso y
cierta indiferencia si amenazaba el éxito.
Raimundo Amador tocaba en uno de sus discos. ¿Fue premeditado o casual?
A Raimundo Amador me lo encontré en el bar de los estudios Audiofilm.
Era muy jovencito. Lo conocía de Sevilla y había venido para acompañar a
alguien en una grabación. Le pedí que si le apetecía se pasara por mi estudio y
tocara lo que quisiera. Escogimos “Huele a paisaje…” Estaba algo asustado ante
aquello que no sabía muy bien de qué iba. Tocó un poco y se fue. No creo ni que
recuerde el momento.
De todos sus elepés, mi favorito es “Mis sombras completas”. ¿Me puede
hablar un poco de la gestación y el parto de este álbum?
“Mis sombras Completas” es el relato de la
madrugada del Viernes Santo sevillano y su desarrollo musical desde que se oyen
los pasos racheados de los primeros costaleros llevando las imágenes más
antiguas y ordenadas del centro, en silencio, acompañadas si acaso por el trío
de viento famoso, hasta acabar en los alejados barrios populares, al alba, con
las músicas polifónicas y rítmicas que hacen bailar las vírgenes, rodeadas de
una bulla festera y agradecida. Acaba con “
¿Qué ha sido de su hermano, gran ilustrador de portadas como la de Triana? ¿Sigue dedicándose al arte?
Máximo sigue pintando, dibujando y
ocupándose de sus actividades gráficas en Sevilla.
Dios aparece a veces en sus canciones. ¿Es usted religioso?
Decía Buñuel que
era ateo por la gracia de Dios
Tengo con la religión y con Dios una
relación más estética y poética que de fe. Aunque confieso que “Bebiendo Sombras”
sea una oración del hombre en su soledad rezándole a Dios, el hecho de
utilizarla para canción... ( ? ) No sé qué pensaría un teólogo.
¿Cómo surgió la idea de la mosca de portada? ¿Fue antes ella o el disco?
La mosca la dibujé para la obra. Se ha
utilizado mucho en bodegones
y ha sido detalle sorprendente en los trampantojos. Yo ya la
había utilizado en algunos retratos. No imaginaba ninguna otra imagen como
portada. La mosca se impuso sin más opciones. En la imprenta la pusieron
demasiado grande, la escala debía haber sido la real.
Una de sus canciones más logradas es, a mi juicio, “Sueño de sombras”.
¿Conserva ese miedo a Morfeo o lo ha superado con la edad?
El sueño fue mi pesadilla desde niño, le
temía. Era una actividad, casi un trabajo. La pesadilla que se muerde la cola.
El muro blando del jardín blanco…
Hace ya algún tiempo que con la noche, el
sueño, el insomnio y el transistor me llevo bien.
También está ahí el miedo a la muerte. ¿Considera el tema superado o le
sigue atormentando en las noches oscuras del alma?
Aunque ya no es un tema mayor en mi
trabajo...
No me da miedo verte
Decide tú la hora
Y si quieres, ahora
Cuando tú digas, Muerte
¿Aún aborrece el fútbol? Lo digo porque he oído que “Ra
ra ra”, ese monumental palo
al deporte rey, se convirtió en sintonía de “El larguero”.
El ídolo indolente
Con sus botas pirañas
Y todas sus neuronas
en
¡Y a eso voy!
¿A cuánto está hoy
en el fútbol
el
gramo de muslo?
Espero que este poema no lo copie nadie para
utilizarlo como himno para su equipo. Capaces son. Hay gente pa tó.
Es verdad lo del Larguero, me escucho algunas
noches. Me hace pensar en Gloria Fuertes: “Todo sirve, todo se aprovecha, de
un cuerno te sale una buena percha”. Tiene guasa la cosa. De
El fútbol me gusta, lo veo, lo disfruto y
luego paso a otra cosa, intentando olvidar las miserables declaraciones que
hacen públicamente, sobre lo que se tercie, nuestro viejo sabio de Hortaleza y otros insectos.
La pregunta del millón: ¿Por qué dejó usted de grabar discos?
Cuando hice el cuarto disco, Movieplay desapareció como firma. Gonzalo no sabía si iba a
seguir con
Yo me he hecho con su discografía en vinilo a base de rastrear tiendas
de segunda mano y ferias del disco. Pero, ¿pueden hacerse con su obra los hijos
de la era digital? ¿Están sus elepés reeditados en DVD?
Fonomusic ha editado un cofreto
“Edición Limitada” de los cuatro primeros discos bien digitalizados en CD y una
tirada especial más cuidada de “Romances del Lute y
otras Canciones” y se pueden encontrar en Internet servido por Google tecleando mi nombre.
¿Cuándo empieza usted a dibujar y a pintar?
Mi padre era pintor. Empecé a dibujar con
once años, lo que significa que con catorce ya había terminado Arte y Oficio,
gracias a la bondad de mis padres que comprendieron y aceptaron que abandonara
el colegio con tan poca edad.
¿Qué artistas se encuentran entre sus favoritos?
Me gustan todos los pintores, todos los que
han entregado su vida a la pintura. Los buenos y los malos. Existe a veces poca diferencia
entre una obra maestra y otra malograda por su creador.
¿Cuánto tiempo emplea en cada cuadro?
Si me pongo a pintar enseguida, poco tiempo.
Pero a veces se tarda, no sé por qué, en llegar a la materia y en ese momento
la cabeza puede dilatarlo todo. La inspiración es el momento en que la energía
interior actúa sobre ti para ponerte a pintar sin tener nada que decidir.
¿Usa modelos o es pura imaginación? ¿Cuáles son sus grandes fuentes de
inspiración?
Hay veces que utilizo modelos para dibujar
del natural. Soy figurativo y amigo de la proporción y la plomada. Con solo
intentar copiar la realidad que pasa cerca de mí tengo bastante.
¿Cuál es su movimiento pictórico favorito?
El Impresionismo.
¿Y su pintor?
Velazquez, porque sigue siendo una incógnita. Ante
sus cuadros se ve más fácilmente cómo pinta cuando se piensa que cuando se
mira. Los italianos llaman a eso cosa mentale. El
pintor del aire. El hombre es aún más secreto que su obra. En una corte de la
que todo se ha estudiado, del pintor oficial más importante de Europa, junto a Rubens, no se sabe nada, ni dijo ni escribió nada, ni nada
de particular se encontró en sus apartamentos cuando murió. No dejó discípulos
y conecta directamente con los impresionistas franceses en el XIX. Tenía fama de vago y “aspiraba a no pintar”,
como escribió Ramón Gaya en su precioso librito “Velazquez,
Pájaro Solitario”. Es el pintor con menos obra de todo el siglo XVII y fue llamado por Edouard Manet “le peintre des peintres”, o sea “el pintor de los pintores”.
Qué misterioso sevillano este de madre portuguesa.
Por último, regáleme una frase sobre las siguientes canciones:
Como la vena:
Es la narración imaginada del fusilamiento al
amanecer de unos activistas vascos que Franco condenó a muerte. Creo que en el
74. Al mismo tiempo
Paco de Lucía es agredido por un grupo de extrema derecha que
intenta romperle las manos contra una puerta en plena Gran Vía. Paco había
declarado en una entrevista en TV, hablando de las manos, que la izquierda era la que
creaba y la derecha la que se dejaba llevar. “Como las uñas se te astillan
cuando tocas irte de España”
La censura a la que yo mismo me sometí por
miedo a que la letra se prohibiera desembocó, a fuerza de reescribirla, en un
texto casi incomprensible.
Tic-tac:
Las agujas del amor y del reloj clavándose y
bordándonos.
Tu soledad:
Este guión es largo de contar. Por resumirlo
digamos que es la imposibilidad de un hombre a acompañar a una mujer en sus
vuelos más altos y secretos, tanto, que le hacen perder su realidad humana
despeinándole los sentimientos
Sevillano:
Estuve tentado de titularla Sevilla-no, pero
me pareció que con las imágenes del texto era suficiente y la ciudad estaría servida.
Mujer:
Es una visión de la mujer de espaldas ante
un corredor infinito. La jóven esposa. La unión. Las raices del uno y el dos. El hombre y la mujer que nunca son
dos pues siempre permanecen siendo uno y uno sin ser adicionales. El lamento de
lo indivisible.
Hablando con Pepa:
Una mañana en Francia y en una oficina de
Correos donde había cabinas telefónicas públicas, se escuchaba la voz potente y
casi desgarrada de un español trabajador emigrante que llamaba a su tierra y
hablaba por teléfono con su parienta en el silencio casi absoluto del lugar.
Sólo quedaba cuadrar el texto.
Topacio:
Empecé haciendo una historia de amor y pena
inspirada en una bella aristócrata en la soledad del palacio un día lluvioso y terminó
siendo una alegoría de
Esos señores:
¿Qué les voy a decir que no esté en la letra
de la canción? Que hoy no se merecen ni
la canción.
todos los cuadros y dibujos,
obviamente,