SI VIS PACEM, PARA BELLUM

Diez armas de fuego para arreglar España

por Bang Bang Dildo

 

“Las ametralladoras son hermosas: guardan con la pistola la misma relación que la máquina de escribir con el bolígrafo”.

Eduardo Haro Ibars

 

AR-15

800 balas por minuto

Fusil de asalto desarrollado en 1957 por Eugene Stoner, uno de los más brillantes diseñadores de armas del siglo XX. Fue un encargo del Ejército de los Estados Unidos, que necesitaba un arma con un alcance de unos 500 metros, dotada de un calibre ligero, preciso y de gran velocidad. Stoner creó una obra de arte con cajón de aluminio de calidad aeronáutica y pistolete, guardamano y culata de un material sintético inasequible a la corrosión. Por si fuera poco, su diseño modular la hace compatible con infinidad de accesorios: mira telescópica, punteros láser, linternas, apagallamas, culatas retráctiles...

Si le metemos todo, tenemos casi un superfusil, aunque no deja de ser un juguete comparado con el XK-11 y demás “maquinones” de fabricación reciente.

Fabricado por la compañía ArmaLite, el AR-15 empezó siendo de uso exclusivo de la Fuerza Aérea, el Ejército y el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos. Por eso, le tocó escupir plomo en la Guerra de Vietnam. Como corría la leyenda de que  el arma era casi milagrosa y no hacía falta limpiarla, los soldados pasaban de todo y la dejaban a merced del calor y la humedad de la jungla. Y luego venían las lamentaciones: más de uno fue sorprendido por “Charlie” (así llamaban al Viet Cong) en un momento de relax y, al echar mano al arma tuvo un gatillazo de fatales consecuencias. Ante este tipo de incidentes, el Ejército se vio obligado a publicar un tebeo explicando claramente las operaciones de mantenimiento de la carabina, que no eran pocas. Más tarde, el prototipo se modificó en fábrica, hasta ser transformado en uno de los fusiles más fiables jamás concebidos.

Aunque no es un arma precisamente pequeña, su ligereza, precisión y velocidad propiciaron que se convirtiera también en una excelente opción para comandos terroristas. Eso, y que sus balas eran capaces de atravesar cascos y chalecos antibalas a medio kilómetro de distancia. Con estos poderes, durante años sirvió bien a la organización militar revolucionaria independentista IRA (Ejército Republicano Irlandés), que con ella eliminó a decenas de soldados británicos, entre otros objetivos prioritarios.

En la actualidad, es la mítica compañía Colt la que se ocupa de fabricar el AR-15, que, como versión civil del M16 que es, se ha convertido en el arma más comprada por los civiles estadounidenses para la llamada “autodefensa”. Tras las matanzas de Newton y Colorado, ambas perpetradas con sendos AR-15s, las ventas del fusil se han disparado (nunca mejor dicho), ante la previsión de que el Gobierno prohiba la posesión privada de este tipo de armas.

Lo que no podrán hacer es borrar su alargada sombra de la cultura popular yanqui. Hemos visto AR-15s en películas como “Asalto a la comisaría del distrito 13”, series como “Star Trek Voyager” y videojuegos como “Call of Duty 4”.

 

 

Skorpion vz.61

850 balas por minuto

Fue forjada en 1959 por el ingeniero Miroslav Rybár para la compañía Ceska Zbrojovka (sita en la localidad checoslovaca de Uherský Brod). Lo de vz. significa “vzor” (en checo, “modelo”) y 61 es el año en que el modelo entró en producción. Por su peso (1’27 kilos) y longitud (27cm.) podría ser una pistola, pero sus prestaciones y su cadencia de disparo son claramente los de un subfusil. Además, tiene modo de tiro automático y cargador de 10 o 20 cartuchos, a elegir.

En principio, fue utilizado por el ejército y las fuerzas de seguridad del Estado checoslovaco para misiones “rutinarias” como escoltar vehículos blindados o conducir coches oficiales. También estaba presente en las cananas de las brigadas antiterroristas, hasta que fue sustituida por la alemana HK MP5K, que, aunque es bastante más potente y eficaz, no es tan bonita y morbosa. El contraste entre la culata de madera y el corpus de acero resulta de una belleza casi hipnótica. Vamos, como diría Andy, el vivaracho vendedor de armas de “Taxi Driver”, una alhaja.

La cadencia de fuego del vz.61 era un poco exagerada para el papel más o menos secundario que le tocó jugar, por lo que, en sucesivas ediciones, le metieron un reductor en la empuñadura que, tras cada tiro, permitía retener el cerrojo un instante. Más adelante, el subfusil sería adoptado por las fuerzas armadas de países como Egipto, Irak, Libia o Mozambique, que se andarían con menos tonterías. Aunque no existen documentos gráficos que lo confirmen, se rumorea que también fue utilizado por el Viet Cong (Frente Nacional de Liberación de Vietnam), lo cual no es descabellado, pues estos excelentes guerrilleros aprovechaban todas las armas que caían en sus manos. 

En los últimos tiempos, la facilidad de manejo, la liviandad y el tamaño del vz. 61 (que hasta puede llevarse en una funda tipo pistola) ha propiciado que sea un best seller entre comandos terroristas de diversas nacionalidades. Los terroristas suelen equipar sus armas con un silenciador que, si bien reduce el alcance de las balas, resulta muy útil en misiones discretas como atracos a bancos o ejecuciones en locales públicos.

Por último, decir que es un arma de lo más fotogénica, que queda muy bien en pantalla: la hemos visto en películas como “Matrix”, “Blade II” o “El caballero oscuro”, series como “Battlestar Galactica” y videojuegos como “SWAT 3” o “Resident Evil 5”. En la ficción se asocia el vz. 61 con personajes como guardaespaldas, terroristas, atracadores, agentes secretos o criminales. Como en la vida misma.

 

 

Ingram MAC-10

1000 balas por minuto

Desarrollada en 1970 por Gordon B. Ingram para su compañia Military Armament Corporation (Powder Springs, Georgia, USA), el MAC-10 pertenece a la tercera generación de subfusiles o pistolas ametralladoras. Es un arma gruesa, sólida, macarra, poco precisa, sencilla y potente. Muy recomendable para trabajos muy sucios, pues al apretar su gatillo provocas una letal lluvia de balas que acaba con todo lo que hay en varios metros a la redonda. Es perfecta, pues, para “barrer” espacios cerrados, aunque su alta cadencia de disparo encerrada en ese cuerpo tan modesto hace que los expertos recomienden que se utilice con silenciador, pues sin él se vuelve mucho más difícil de controlar y manipular.

Como tantas otras, Ingram estuvo presente en Vietnam, pero en el bando yanqui y limitada a operaciones muy concretas. Tras la guerra, la corporación MAC fue decayendo hasta cerrar sus puertas en 1976, pero el modelo continuó siendo fabricado por RPB Industries Corporation (Atlanta). Considerada “la UZI americana” (ya que la UZI original era de origen israelí) el arma se puso de moda entre todo tipo de individuos de ocupaciones turbias que pululaban por los Estados Unidos en las décadas de los años 70 y 80. Después, otras compañías imitaron su diseño, haciendo que el arma estuviera presente también en Argentina, Jamaica, Ucrania o Reino Unido. Incluso países como China o Japón desarrollaron sus propias copias del subfusil.

Bazas como su gran potencia o su tamaño (si retraes el culatín y extraes el cargador, puedes esconderla fácilmente en el bolsillo de un abrigo) han hecho de esta Ingram un arma muy querida por traficantes, mafiosos o insurgentes. No en vano, también la llaman “la UZI de los terroristas”. Y si sus cifras de venta son relativamente bajas para lo mucho que se ve, es precisamente porque la mayoría de los apandadores la compra en el mercado negro.

Hoy por hoy, existen mejores armas en esta línea, más estables, pequeñas y manejables, como la Micro Uzi, pero, personalmente, optaría por la Ingram. Entre otras cosas, porque la he visto en decenas de series de televisión y películas, casi siempre en manos de malos, rebeldes o terroristas. Rutger Hauer la empuñó en “Los halcones de la noche”, Bruce Willis en “Pulp Fiction”, Kurt Russel en “1997: Rescate en Nueva York”, un anónimo traficante en “Robocop 2”, Michael Ironside en la serie “V” y George Peppard en “El equipo A”. También sale en videojuegos como “Resident Evil”, “Grand Theft Auto: Vice City”, “Viet Cong 2” y un largo etcétera. Y es que además de una buena “tartaja” es una gran actriz.

 

 

AK-47

100 balas por minuto

Efectivamente, estamos hablando del celebérrimo Avtomat Kaláshnikova modelo 1947, “Kalashnikov” para los amigos. Su padre es Mijaíl Kaláshnikov, mecánico y suboficial de carros de combate que, en 1944, tras ser herido en un brazo por una bomba nazi, fue ingresado en un hospital militar. Mientras estaba convaleciente, diseñó el AK-47.

Aunque entre 1947 y 1978 fue el emblema de la URSS, el Kalashnikov acabó convertido en un icono bélico universal y en el arma de fuego más producida de la Historia. Es utilizada por los ejércitos de 80 países, entre los que no figura España, pero sí Corea del Norte, Estados Unidos, Emiratos Árabes o México (donde la llaman “cuerno de chivo”). Mozambique consiguió su independencia gracias a este arma, por eso el emblema del país es un AK47 sobre una estrella roja. En total, existen unos 50 millones de Kalashnikovs en todo el mundo, sin contar los que se fabrican de forma ilegal (gracias a su sencillo mecanismo y a su bajo coste de producción) y sus variantes, entre las que cabría destacar el Rk 62 finlandés.

El Kalash es un artefacto de disparo veloz, con poco retroceso y alta precisión. Es, también, haciendo honor a su nacionalidad, el arma más resistente del mundo: los viejos modelos de los años 50 siguen funcionando a tope, así los sumerjas en el agua, los entierres en barro o les pases un tanque por encima. Con él es posible acertarle a un blanco humano a 300 metros sin demasiado esfuerzo: por algo es una de las armas más utilizadas por los niños-soldado.

No hay que decir que las guerrillas rebeldes y los terroristas de todo el mundo sienten debilidad por el AK-47. Como fue el arma oficial del Ejército Rojo y de los países del Pacto de Varsovia, los guerrilleros marxistas la convirtieron en su arma oficiosa. Otros usuarios de relumbrón fueron los talibanes, Al-Qaeda, las guerrillas FARC y el Ejército de Liberación Nacional en Colombia... Es lógico, pues, que en occidente, el Kalashnikov se asocie al terrorismo y en el Tercer Mundo, a la revolución.

En cuanto a la presencia del cuernochivo en el cine y la tele, no ha sido tanta como cabría esperar, puesto que, debido a su procedencia rusa, durante años fue un arma difícil de conseguir en Hollywood. Por ello, se solían utilizar sucedáneos o imitaciones. Con todo y con eso, hay un buen montón de películas donde se disparan genuinos AK-47: “Apocalypse Now”, “Rocky IV”, “Rambo III”, “X-Men: First Class”... Además, la hemos visto pixelada en videojuegos como “50 Cent: Bulletproof”, “Scarface: The world is yours” o “Mercenaries 2: World in flames”. Por supuesto, casi siempre aparece en manos de soldados soviéticos, terroristas, guerrillas colombianas o, directamente, supervillanos.

 

 

vz. 58

800 balas por minuto

Checoslovaquia fue una de las pocas naciones del Pacto de Varsovia a la que la Unión Soviética le permitió desarrollar un programa independiente de armas automáticas. Entre ellas, tesoros como el subfusil Skorpion CZ61, la ametralladora ligera UK vz. 59... o el vz. 58. Puede que este fusil de asalto tenga un razonable parecido con el Kalashnikov, pero no hay que dejarse engañar por las apariencias: en el fondo, además de su forma y su cartucho (M43 de 7.62x39 mm) poco tiene que ver con su primo ruso.

Ideado por el ingeniero Jirí Cermák y producido por la factoría estatal Ceska Zbrojovka desde 1956, el vz. 58 es un arma única y genuina que funciona por un proceso de combustión de gas muy novedoso para la época y dispone de un selector de tres posiciones a la altura de su empuñadura de madera, que permite elegir entre modo seguro, fuego semiautomático y fuego automático. Su versatilidad le permitió admitir sin problemas todos los complementos que se entregaron a los soldados checos: cuatro cargadores de 30 cartuchos cada uno, un dispositivo para municionar rápidamente, un regulador de punto de mira, un bípode, una bayoneta, un kit de limpieza y correa de transporte. 

Durante décadas, el vz. 58 fue utilizado con éxito por las fuerzas armadas de Checoslovaquia, pero en 1984 fue sustituido por un arma más moderna, aunque con menos encanto: el CZ-805 BREN.

En la actualidad, el viejo 58 todavía es utilizado por Cuba, Irak, Vietnam e infinidad de países asiáticos y africanos. Con el paso del tiempo, el arma ha ido mutando, conociendo otras versiones, pero ninguna como la vz. 58 original.

Para actividades insurgentes, el arma resulta más útil que el AK-47, ya que pesa bastante menos: unos 3 kilitos, munición aparte. Además, si le quitas la culata puedes esconderla fácilmente, como hicieron los tres terroristas del Ejército Rojo Japonés en la famosa masacre de Lod (el aeropuerto más grande de Israel) en 1972: haciéndose pasar por músicos, llevaban tres estuches para violín con los vz. 58, y de esta forma lograron matar a 26 personas y herir a otras 78 en menos de cinco minutos.

Para el cine anglosajón, este fusil no es más que un icono del Mal, y por eso no duda en ponerlo en manos de terroristas tajikistanís (“La amenaza invisible: Stealth”) y soldados serbios (“Tras la línea enemiga”), rusos (“Octopussy”) o vietnaminas (“La chaqueta metálica”). Y, en realidad, por ahí iban los tiros, ¿no?

 

 

Sturmgewehr 44

500 balas por minuto

Siempre tres pueblos por delante, los rusos ya habían fabricado el Fedorov Avtomat, pero fueron los nazis quienes idearon el primer fusil de asalto del mundo producido en serie, pieza fundacional de una larga cadena de armas de fuego. No: ni el M-16 ni el Kalashnikov existirían de no ser por esta obra maestra que revolucionó para siempre la historia bélica.

Se trata de un fusil de asalto ligero desarrollado por los diseñadores de la Alemania nazi en 1944, en plena Segunda Guerra Mundial, como parte del programa Maschinenkarabiner. Por culpa de la insufrible burocracia nazi, tuvo más nombres que un Borbón. Pero su denominación definitiva “Sturgewehr” (que viene a ser “rifle de tormenta”, o sea, “rifle de asalto”) se lo puso el mismísimo Hitler.

El Sturmgewehr 44 era un arma muy útil para la guerra, ya que tenía un gran abanico táctico: desde su alcance, mayor aún que el de los subfusiles soviéticos, hasta su fuego, que oscilaba entre un disparo preciso y una eficaz ametralladora de asalto.

Al terminar la guerra, la URSS y otros países del Este capturaron muchos ejemplares de este modelo, suministrándolas a regímenes clienterales y guerrillas varias. También los franceses capturaron en Argelia una buena cantidad. Algunos acabaron en manos de la OLP o del Viet Cong. Y, todavía hoy, es usado por guerrillas de Oriente Medio, rebeldes irakíes o grupos insurgentes de países del Cuerno de África (Sudán), que, agotados de esperar el fin, intentan salir a tiro limpio de su miseria, conscientes de que las mezquinas limosnas goteadas desde el mal llamado Primer Mundo no los van a sacar de pobres.

En el cine, como no podía ser de otra manera, el Sturmgewehr 44 es un alma maldita, y podemos verla sobre todo en oscuras películas producidas en países del Este, siempre encañonadas por nazis de aspecto adiabolado. Salvo la reciente “Memorial day”, ahora mismo no me viene a la cabeza ninguna película norteamericana donde aparezca este arma. Bueno, sí, salía en “La guerra de las galaxias”, convenientemente travestida de “A295” y, curiosamente, empuñada por soldados rebeldes. La presencia del arma nazi en videojuegos sí es notable: ahí están “Commandos 3: Destination Berlin”, toda la saga “Call of Duty”, o “Medal of honor: frontline”. Y también en “Day of defeat”, un polémico videojuego denunciado por “abusar” de la simbología y la estética nazi y por ofrecer la posibilidad de que el usuario se metiera en el pellejo de soldados y personajes del bando hitleriano.

 

 

Beretta M12

550 balas por minuto

Metralleta que empezó a producirse en 1962 para los carabinieri y la policía estatal italiana, y, poco después, para las Fuerzas Aéreas. Se encargaba de facturarlas la fábrica de la familia Beretta, en el municipio de Brescia (Italia), que también la exportó a Estados Unidos y algunos países árabes.

La M12 no demostraría su eficacia en combate hasta 1968, año en el que los marines que vigilaban la embajada de Estados Unidos en Saigon repelieron todo un ataque del Viet Cong usando un puñado de M12s. Tras tamaña proeza, la fama del poderío de esta pequeña gran metralleta correría como la pólvora y distintos países africanos y sudamericanos empezaron a importarla. Acabaría, así, teniendo un papel relativamente importante en la guerra de Vietnam, en el conflicto de Afganistán o en la guerra de Irak.

Como si no fuera suficiente su sencillez, su robustez y su ortodoxo diseño, los fabricantes se empeñaron en perfeccionar el modelo, convirtiéndolo en el M12S, que, entre otras cosas, incorporaba tres seguros para proteger al usuario de disparos accidentales.

El hecho de ser un arma ligera y poseer un cargador de 40 balas, hizo de la M12 un instrumento muy socorrido para situaciones de guerrilla urbana. Por algo en tiempos ha sido la niña de los ojos de ciertos comandos palestinos (junto a otras armas, como la carabina M-1) en acciones directas contra objetivos israelíes.

La metralleta siguió evolucionando, hasta llegar a extremos como el PM 12 S2 con mira telescópica y con una estética quizás demasiado sofisticada. Personalmente, prefiero las cacharras un poco antiguas, sólidas y primigenias. En este sentido, creo que el siglo XX fue la Edad de Oro de las armas, tal vez porque todavía nos creíamos que valían para algo más que para jugar.

La exquisita estética de la M12 le hizo un buen hueco en el cine y la tele. Cabe destacar su presencia en el clásico de Michael Winner “Fríamente, sin motivos personales” (donde la empuña un guardaespaldas), “Ronin” (un policía francés) o “Underworld: El despertar” (un vampiro). Además, en algún capítulo de la serie original de “Corrupción en Miami” aparece  algún traficante disparando una Baretta M12. Una metralleta de las de antes, que hacían “ratatatá” y mataban con clase y estilo.

 

 

MAT-49

600 balas por minuto

Subfusil creado en 1949 por la fábrica francesa Manufacture Nationale d’Armes (MAT) para el ejército gabacho. Los soldados se mostraron encantados con aquel nuevo artefacto de dos gatillos que permitían disparar tanto a ráfagas como tiro por tiro. Dotada con culata retráctil de acero, cargador rectangular y cañón de 230 milímetros, es una señora arma y fue un prodigio de modernidad.

No es demasiado ligera, pero sí muy fuerte, dura y manejable. Y esto, junto a su poder de fuego, la llevó a la Primera Guerra de Indochina. En cuanto los franceses se largaron de allí, el Ejército Popular de Vietnam y el Viet Minh recalibraron muchas MAT-49 que habían capturado, para adaptarlas a la munición soviética enviada desde China y la URSS. Esta versión modificada era aún mejor, con un cañón más largo y la capacidad de disparar 900 tiros por minuto.

De rebote, fue usada por los soldados de otros países, como Túnez, el Congo, Bolivia, Argelia, Marruecos o Guinea. Los franceses dejaron de fabricarla en 1979, cuando empezó a sustituirse por FAMAS, que tampoco está mal, pero carece del encanto retro de su antecesora.

Por otro lado, su tamaño y cadencia de disparo y el hecho de que era muy fácil de conseguir en el norte de Europa, hicieron de MAT-49 un arma muy querida por los terroristas. Sin ir más lejos, el malogrado grupo socialista e independentista ETA (Euskadi Ta Askatasuna, o sea, País Vasco y Libertad) fue uno de los que utilizó subfusiles MAT-49 en su larga andadura. De hecho, recientemente fue encontrado un zulo en la comuna francesa de Capbreton con 40 subfusiles de este tipo y abundante munición. Al parecer, estos subfusiles etarras no provenían del mercado negro ni del blanco, sino que eran imitaciones creadas por la propia ETA en uno de los talleres que montó en los años 70, dotados con troqueladoras, hornos, pozos de tiro y todo lo necesario para surtir su considerable arsenal.

Como corresponde a su fama, en el cine MAT-49 siempre ha estado del lado de gangsters (“French Connection II”), colonos franceses (“Apocalypse now”) o terroristas (“Superman 2”). Y, por supuesto, ha tenido una gran presencia en el cine francés: hasta Serge Gainsbourg la empuñó en “Mr. Freedom”.

 

 

Carcano M91/38

15 balas por minuto

Descendiente del fusil Carcano M91, esta carabina fue ideada por la firma italiana en 1891 y producida hasta 1945. Durante las dos Guerras Mundiales, estuvo en manos de las tropas italianas y algunas unidades alemanas. Además, fue pieza clave en la Guerra de Invierno librada por los finlandeses y en conflictos regulares e irregulares en Siria, Túnez y Argelia.

Después, fue usada en Bulgaria, Finlandia, Libia o Japón. El modelo que nos interesa, el M91/38, se desarrolló en 1938 y se fabricó en 1940 en Terni (Italia). El objetivo era, partiendo del M91, acortar el cañón, añadir mira trasera fija a 300 metros e incorporar al modelo original un nuevo tipo de munición para que fuera más eficaz en la guerra. Curiosamente, el 91/38 sólo se produjo durante un año, hasta que fue sustituido por el 91/41.

Pero si por algo pasó a la historia contemporánea este arma (y si por algo está aquí, en lugar de un flamante rifle de francotirador terrorista semiautomático como el H&K G3/SG1) es porque, supuestamente, el ex marine Lee Harvey Oswald mató al presidente estadounidense John F. Kennedy con ella. Al parecer, Oswald vio el arma anunciada en la revista oficial de la NRA (National Rifle Association) “American Rifleman” de febrero de 1963 y decidió comprarla. Le costó poco menos de 20 dólares. El arma estaba disponible porque, al terminar la Segunda Guerra Mundial, varias partidas fueron vendidas como excedentes militares a Estados Unidos. Oswald escogió un ejemplar con mira telescópica Ordnance Optics de 4x aumentos, cosa que le permitió acertar en el blanco móvil del coche de Kennedy. Todavía hoy, se desconocen las circunstancias y la autoría real del crimen, enredado por mil y un cabos sueltos y teorías conspiranoicas. Pero lo importante es la leyenda. Y el Carcano M91/38 es el instrumento magnicida por excelencia, cosa que justifica por sí sola que se haya hecho un hueco en este top 10, entre fusiles, subfusiles y metralletas.

Y eso que, debido al tabú que supone el asesinato de Kennedy en la cultura norteamericana y a la relativa dificultad de conseguir este modelo de Carcano en la actualidad, su presencia brilla por su ausencia en la historia del cine, si exceptuamos, claro está, “JFK” de Oliver Stone o “Corriendo contra el tiempo”, donde el protagonista viaja al pasado para evitar el asesinato de Kennedy. Una misión bastante ingenua del asunto, puesto que los servicios secretos, Fidel Castro o quien demonios estuviera detrás del asunto lo hubiera matado antes o después. O sea que sí: Ballard estaba, de todas todas, predestinado a escribir “La exhibición de atrocidades” en general y, en particular, su capítulo final: “El asesinato de John Fitzgerald Kennedy considerado como una Carrera de Automóviles Cuesta Abajo”.

 

 

Heckler & Koch MP5

100 balas por minuto

Este subfusil alemán fue creado en 1966 por los eminentes ingenieros de la firma Heckler & Koch (ubicada en la coqueta villa de Oberndorf am Neckar, en lo que durante la Guerra Fría se conocía como “Alemania Occidental”). “MP5” significa “Maschinepistole 5” y, en principio, fue el arma reglamentaria de la Policía Federal Alemana. Al ser un cacharro cómodo, modificable y eficiente, acabaría siendo adoptado por la policía de otros muchos países, desde Turquía a Irán, pasando por México, Pakistán, Grecia o Sudán.

El MP5 también es manejado por unidades militares y fuerzas de élite. De hecho, gran parte de la fama de este subfusil es debida a la llamada Operación Nimrod, que Margaret Thatcher encargó en 1980 al SAS (Special Air Service) y acabó siendo retransmitida por la BBC a instancias de los terroristas, miembros del DRMLA (Movimiento Democrático Revolucionario para la Liberación de Arabistan). Armado con MP5s, el comando SAS logró rescatar a 26  rehenes de la embajada iraní y matar a 5 de los 6 secuestradores en apenas 15 minutos.

Asimismo, este subfusil también ha engrosado los arsenales de grupos terroristas de todo el mundo. La organización revolucionaria alemana de izquierda radical RAF (Rote Armee Fraktion o Facción del Ejército Rojo, también conocida como Baader-Meinhof) llegó incluso a incluirla en su escudo, que se compone de una estrella roja, sobre ella un MP5 y encima las letras RAF en blanco. Activo entre 1970 y 1998, este grupo anticapitalista y antiimperialista llegó a ejecutar a 34 personas, aunque no todas con MP5s: también usaban bombas, pistolas o cócteles Molotov.

Por ser un arma eminentemente europea, la MP5 pura y dura no se ha asomado mucho por la gran pantalla, aunque sí hemos visto algunas de sus variantes en “Miami Vice”, “Tango y Cash”, “Speed”, “eXistenZ”, “Hannibal”... Y también en películas japonesas (“Battle royale 2”) o chinas (“Hard Boiled”). Como corresponde a un subfusil tan usado por las fuerzas del Caos como por las del Orden, empuñan MP5s todo tipo de personajes: desde agentes del FBI hasta mercenarios, pasando por soldados, serbios, carceleros o terroristas. Un arma, en fin, para todos los públicos.