ATENTADO CONTRA LA MENTIRA

(reflexiones sorelianas sobre el 30-D)

 

 

«Lo peor de la España de los últimos años era creerse vivir cuando hace mucho que no es sino una realidad virtual (un poco como en la película "LOS OTROS"). Existe Euskalherría y existe Cataluña. El resto existe como eso, como "el resto", pero nada más: seguir considerándose España es anacrónico y pretencioso.

Hacía falta la doble secuencia de Aznar y ZP para devolvernos a la realidad. Aznar, en su fuga hacia delante, pretendiendo que España entrase en todos los clubs de grandes, empezando por el ámbito militar, y haciendo alardes de afirmación centralista usando la Carta Magna como martillo pilón. ¿Consecuencia de tanta bravata?: el 11M, más (a nivel exclusivamente interno) el sprint de vascos y catalanes (los primeros desde su voluntarismo indomeñable, y los segundos desde su maquiavélico egoísmo "a lo Padania") por la respectiva autodeterminación. Ahora ZP llega para volvernos a la realidad y actuar como gestor de claudicaciones, intentando la tarea contraria a la de Aznar (y no por ello menos utópica) de hacer del país una pequeña Suiza llena de detallitos progresistas y huyendo de todo aquello que huela a conflicto, sea autóctono o foráneo.

A partir de que los españoles asumamos la cruda realidad, podremos empezar a marchar hacia alguna parte.»

(respuestas a RUTA 66)

 

«No existe España (con Aznar ya era una ilusión: ese fue su error, creer que gobernaba un país real como los de sus amigos Bush y Blair; la reacción popular ante el 11M, diametralmente opuesta a la vivida por los norteamericanos o por los ingleses en similares circunstancias –y ya no digamos por los serbios, de haberse topado en Belgrado con un atentado de AlQaeda-, demuestra que Aznar era presidente de un país virtual, de un pueblo sin capacidad de reacción y movilización desde el odio o la rabia, tan solo motivado por la comodidad y la cobardía, un pueblo acabado). ZP la liquida por derribo, más apegado a la realidad y a la circunstancia presente. ZP es la España de hoy. ESTO ES LO QUE HAY.

(...)

Con toda su frikez, Aznar ha sido, desde su delirio megalómano neofranquista, el último que ha intentado desde Moncloa elevar a España tanto en sus intentos de integración en el Occidente más desarrollado como en su busca de implicación de los USA en la lucha antiterrorista española (de ahí el toma y daca que llevó a la participación española en la guerra de Irak y, al subsiguiente desastre). Aznar es un nostálgico que ama a España como la amaba Franco (la diferencia es que Franco pudo trabajar sobre una materia real y Aznar sólo pudo hacer castillos en el aire).»

(respuestas al fanzine PANICO)

 

ZP, a diferencia de traidores de antaño, que entregaban las llaves de su entorno a la nueva época que pintaba en bastos, ha traicionado hasta su propia esencia de traidor histórico. No ha liquidado por derribo este chiste virtual llamado España, no ha satisfecho los juegos padanos de Carod y el PSC, ni ha ultimado el proceso de autodeterminación de Euskalherría de la única manera posible desde posiciones de paz (esto es, desde las condiciones establecidas por ETA, a fin de cuentas la vanguardia y motor fáctico del impulso independentista vasco).

ZP: mago de Oz; bobo mediático (no es de recibo su aire clónico con Mr Bean y con la irritante Eva Hache); presidente virtual amigo de simulacros de todo tipo, de sofismas y cuádruples lenguajes de inepta prestidigitación verbal; gobernante aupado por mariconas secuestradoras de la verdadera dignidad homosexual, por amantes de lo bizarro que sólo conciben la condición humana como caricatura en perpetua y bufonesca evidencia, por Fuerzas de Seguridad desmotivadas y corruptas (toda esa obscena oscuridad de su llegada por accidente cierta fecha medianera de marzo de 2004), por un Ejército capaz de tolerarle los más insensatos y provocadores desplantes (sólo concebible esa tolerancia desde el mercenarismo y cinismo profesional que algunos llaman talante democrático de las FFAA), por visires de la telebasura y (tal vez con un cierto asco –pero no había otra cosa- y nostalgia del gran Felipe) por la sinarquía PRISA; y cuya única oposición consistía en un colectivo pied/noir afeitado de cuerna (uno no se imagina a los paramilitares protestantes en el Ulster y a todo el entorno civil que les apoya tragando lo que aquí ha tragado la AVT y similares, conformándose con las bravatas no menos virtuales e inocuas de Fedeguico, las insidias del orondo César Vidal, y las revisiones cebolléticas de la guerra civil de Pío Moa) y un PP falto completamente de credibilidad política y moral (encamado a un tiempo con los obispos condenadores de la homosexualidad y con los bodorrios gays, con los que abortan y con los que no, con los neoliberales salvajes educados en el modelo schwartziano y con los nostálgicos del proteccionismo franquista, como si fuesen aliens de LOS SIMPSONS jugando a candidatos presidenciales USA).

ZP, convencido de vivir en un esperpento a caballo entre un guión de Azcona (pero de los malos, de los que hacía para Masó), un espacio de GH y un número de MONDO BRUTTO, creyó poder convencer a todos de que pasaban cosas sin que pasase nada: a los catalanes, a los vascos, a la ¿izquierda? española, a Estrasburgo, a la ONU... Durante un tiempo la coartada de Aznar como omniculpable pareció admisible en un país todavía traumatizado por los bombazos de Atocha. Un presidente que sólo funciona bien desde el delirio, la alucinación y la mentira (mutante terminal armado tan sólo de espejismos –como aquellos engendros de la segunda entrega de EL PLANETA DE LOS SIMIOS-), en tanto la gente no acabase de salir de la resaca del 11M, podía seguir tirando. Cuando esta resaca se disipa, la cosa empieza a joderse. La cadena de despropósitos, contradicciones, incoherencias, inconsecuencias en el discurso gubernamental desde el 14M hasta la fecha, con los restos de la T4 todavía humeantes, hacen de las tornavueltas dialécticas que manejaba el Poder en el 1984 de Orwell el colmo de la honestidad.

El lenguaje político de la era ZP (donde la telebufonería complaciente –heredera conceptual del emporio trinquero Cruz/Mainat y hoy tan bien representada en la caja boba por CQC, por el aardvark Willy, por Wyoming, por Milikito en su reconversión como magnate mediático, por los Acaros y Teleguiñoles, por Boba Hache o por el ex/icono pepero Urdaci devenido en clown-, la putañería picaresca -¿para qué acordarse de Virginia Woolf y sus angustias si hoy tenemos a... Mila Ximénez en pleno combate épico con otras de su misma ralea dejando claro lo que de veras hoy se entiende por condición femenina?- y el escapismo gay –puesto que la realidad y la naturaleza tienden a ser políticamente incorrectas, incómodas y homófobas, deslegalicemos la realidad y la naturaleza, y asunto arreglado: y luego se extrañan de que la caída de Sodoma sea una de las secuencias más monótonamente repetitivas de la historia de la Humanidad... y de que Spengler, a cada minuto que pasa, recupere su condición de rabiosa vigencia- se han convertido en los únicos y ejemplares pilares éticos y bitácoras existenciales) sólo podía convencer a convencidos (esto es, sobornados) o a tarados mentales. El Destino, en clásica jugarreta sofóclea, le ha recordado a ZP que llegó al poder gracias a un atentado cometido por (me da igual que estuviese o no ETA en el ajo –de estarlo, incluso se engrandecería más como ente subversivo, porque sería la respuesta geoestratégica más ajustada a Aznar: si tú te alías con Bush para acabar con nosotros, nosotros conectamos con alguna franquicia de AlQaeda para acabar contigo) quienes no son virtuales ni bizarros ni corruptos, sino fanáticos, creyentes en algo más que en la mordida de hoy (que supone siempre hambre para mañana). Los fanáticos apuestan fuerte y desde su visión trascendente ponen siempre en evidencia a los trileros y vendedores de ocasión. ETA (ahora sí que sí), da una nueva coz (la definitiva), y derriba la timba. O jugamos todos o se rompe la baraja.

Ahora estamos donde estábamos cuando llegó Aznar al poder: en la disyuntiva de o gestionar el proceso de liquidación de España (lo más cabal, dados los mimbres: una España en buena medida virtual, inexistente, sin prácticamente esperanzas de regeneración –en todos los sentidos, tanto el ético como el antropológico-) o gestionar el proceso de liquidación de ETA (lo más utópico, si nos atenemos al zeitgeist: ETA, como el Islam, el calentamiento global, el rearme ruso, el engallamiento chavista, el aumento de tensiones tectónicas, etc, en tanto que catástrofe cataclísmica, tiene el futuro –salvaje- por delante, cosa harto dudosa si, jugando al modelo irlandés, hubiesen dado al pasmao de Otegi las riendas plenipotenciarias del asunto -los etarras saben mejor que nadie que, si el IRA se ha visto obligado a seguir la conducta que ha seguido, ha sido por tener enfrente ese muro inexpugnable de la rabia paramilitar protestante, contra la cual siempre acababan en tablas: obviamente, ni la AVT ni Basta Ya ni el Foro de Ermua son argamasa suficiente para construir en sus queridas Vascongadas un muro similar al orangista-).

Así que, a esperar. Como decía un editorial de la esperpéntica y pseudoincendiaria Fradevisión (CANAL 7): ZP entró por Atocha y saldrá por Barajas.

A ver qué viene ahora.